Influencias

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El primer contacto de Irene con la banda de Moriarty era, irónicamente, la policía. Gavin Shedman era un cliente ocasional (Aunque Irene no era su tipo. Shedman obviamente prefería que sus mujeres fueran jóvenes y sumisas, Irene podía fingir esas cualidades si tenía que hacerlo, pero ella no era conocida por eso). Irene no necesitaba conocerlo mucho para darse cuenta de que tenía dinero sucio. Un detective como el viviendo en Londres no sería capaz de pagar por sus servicios.

Unas pocas preguntas en los lugares correctos le decían a Irene todo lo que ella necesitaba saber. Shedman ganaba un buen dinero mediante el chantaje en la oficina. Era un movimiento inteligente, después de todo, la policía era un buen lugar para obtener toda clase de información, y la lista de su cliente era bastante extensa... tabloides, sindicatos de crimen organizado, organizaciones terroristas... por supuesto, si la información confidencial que solo la policía tiene comenzará aparecer en el dominio público comenzaría a cuestionarlos pero Shedman se las manejo para tener un sistema sin que lo detectaran y mantenía su record más o menos sin problemas. Era un negocio impresionante y como Shedman no era un hombre inteligente, Irene estaba bastante segura que alguien más lo ayudo. Alguien estaba en las sombras, controlando.

Le tomo varias horas de aburrimiento inflándole el ego a Shedman pero eventualmente le saco un nombre. Era un nombre que le daba un nudo en el estómago, un flujo de miedo y familiaridad. Moriarty.

Irene tuvo otra reunión con Shedman, esta vez en un café en Hampstead. Sherlock la había acompañado en el tren, pero se sentó en otro compartimiento, no sería bueno para ellos si los vieran juntos en público después de todo. Aparentemente él también tenía negocios en Londres. Eso fue lo que dijo. Posiblemente solo lo dijo como excusa para no perderla de vista. Irene aún recuerda la noche anterior.

En el café se sentó en una silla inconfortable. Ella está algo nerviosa de estar de vuelta en Londres, donde cualquiera podría reconocerla. Se había camuflado como un versión no muy Irene de sí misma, un vestido rosa y se cambió el cabello por rubia ¿Seguro nadie la reconocería?

Reconoció a Shedman tan pronto cuando entra al café. Nadia podría equivocarse al ver ese andar tan confiado. Ella está sorprendida que las mentes brillantes de Scotland Yard no la han reconocido.

— Gavin —Irene susurra. Gavin ríe.

—Hola, güerita. Me gusta el peinado.

Ambos piden un café.

— Así que, ¿A qué debo el placer? —Gavin dice con una sonrisa maliciosa.

— Ha pasado tiempo desde que te vi. Pensé que podríamos ponernos al tanto —Irene jugaba con su arete mientras sonreía. Él Se inclina un poco hacia el frente y ve sus labios.

— Sin ofender —dice—. Pero lo último que escuche de ti es que estabas muerta.

— ¿Parezco muerta? —Irene se ríe.

— Definitivamente no.

— Muy bien —Irene sonríe— ¿Cómo va el negocio?

Shedman se encoge los hombros.

— Igual que siempre. Atrapando criminales para que las damas bonitas, como usted, puedan dormir seguras en sus camas.

— Mi héroe —Irene se acerca un poco hacia él— ¿Y el otro negocio? —Pregunta en voz baja.

Shedman se sorprende.

— Oh, ¿Es por eso que estas aquí?

— Es una de las razones —Irene le sonríe—. Tengo algo de información. Estoy segura que podría ser valiosa, pero no sé qué hacer con ella. Estoy perdiendo mi toque. Necesito a un hombre que sepa del mundo, que me ayude ¿A quién podría pedir ayuda más que a ti?

Dinning with Frogs.  {Traducción}Where stories live. Discover now