Riesgos Aceptables

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Hay un silencio repentino en el que todos en la habitación miran fijamente a Irene. Ella se remoja sus labios.

— Esto no es lo que piensas.

— ¿No? ¿Qué es entonces? —El hombre de cabello plateado sentado en la esquina se inclina hacia atrás en su silla, con las cejas levantadas.

— Yo...

— ¿Sí?

Las mejores mentiras están compuestas por la verdad. Irene respiró profundamente. 

— Estoy trabajando... para Sherlock Holmes.

El chico de la sudadera manchada de pintura resuena medio risa. Sin embargo, la chica con el pelo largo inclina la cabeza y frunce el ceño ligeramente.

— Sherlock Holmes está muerto —John dijo con voz áspera— ¿Es realmente esa la mejor mentira que puedes pensar?

Irene apretó los puños.

« Ahora realmente sería un buen momento para hacer algo, Sherlock » ella pensó.

— No estaba sola en Karachi —habló Irene—. Sherlock estaba allí, él... salvó mi vida. Y luego, después de salvarme, me dijo que si algo le sucedía tenía que devolver el favor: trabajar con él para derribar la organización de Moriarty y para protegerte. He estado jugando en ser doble agente para la organización de Moriarty durante los últimos seis meses, recopilando información. Te están vigilando. Yo... estaba tratando de advertirte.

Al otro lado de la mesa, el móvil perteneciente a la chica con el pelo largo suena. John la mira fijamente unos instantes y luego dice:

— Sherlock pensó que estabas en Estados Unidos.

Irene levantó las cejas hacia él.

— ¿Él nunca te mintió?

La expresión de John titiló momentáneamente y por un momento Irene creyó que podría convencerlo, pero luego él negó con la cabeza.

— Incluso si así fuera, eres egoísta. No estarías en peligro por ninguna recompensa ni siquiera por el bien de un hombre muerto. Estás trabajando para Moriarty —Él movió su dedo sobre el arma apuntándole hacia arriba—. Dime.

— John —dijo Irene con una increíble calma—. Ambos sabemos que no me vas a disparar.

John levantó levemente las cejas. Irene tragó.

— Por favor, ¿No podemos...?

Bruscamente las luces sobre ellos parpadean para finalmente hundir la habitación en una oscuridad. Hay un sonido, alguien jura que fue uno de tropiezo como cuando caes al suelo, y luego una suave mano se cierra alrededor de la muñeca de Irene.

— Por aquí —una voz respira en su oído. Irene se dejó tirar a la puerta de atrás. Hay una repentina oleada de aire frío. Irene salió de la habitación y entró en un pasillo. Bajo la tenue luz que viene de una ventana lejana, Irene puede ver a una chica con el pelo largo.

— Por poco —susurró la chica y condujo a Irene por el pasillo hacia un patio trasero desordenado. Sherlock está de pie, pálido y con el ceño fruncido, junto a los contenedores. La chica a su lado soltó la muñeca de Irene y da un suspiro. Ella corre hacia Sherlock y lo abraza.

— Molly, no tenemos tiempo para esto —dijo irritado, apartándola. Él le da a Irene una breve mirada, antes de tomarla de la muñeca y tirar de ella hacia atrás por el pasaje lateral y hacia la concurrida calle principal. Molly les sigue, parloteando.

— Ha pasado mucho tiempo, Sherlock, y no sabía si estabas bien, o si todavía estabas vivo o...

— Cállate —Sherlock dije hartado. Él mira a su alrededor frunciendo el ceño, antes de agacharse en un callejón lateral y voltearse para mirar a Molly— ¿Qué hacías unida al grupo de temerarios de John?

Dinning with Frogs.  {Traducción}Όπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα