A Jugar

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Ante la insistencia de Irene, se visten para la cena. Es un poco ridículo estar usando un vestido de cóctel para comer comida china, pero Irene nunca ha tenido miedo de parecer tonta. Después de todo, no es correcto para una dominatrix sentirse apenada. Ella se sorprende al descubrir que Sherlock ha entrado en el espíritu de las cosas con todo el corazón – su traje parece recién hecho y su camisa blanca es cegadora y de alguna manera encontró una corbata. Parece que salió de una película de James Bond. Mientras Irene entra en la sala, Sherlock se pone de pie, ofreciéndole su brazo. Con una cara completamente seria él la acompaña a la cocina y le ofrece una silla de aluminio para ella. Irene no está segura de sí el acto sobre elaborado es una forma sutil de burla, o si en verdad se lo está tomando en serio. Ella sospecha que Sherlock viene de la clase de familia donde este tipo de comportamiento es realmente considerado normal, así que tal vez él simplemente está actuando normal.

— ¿Chow mein? —preguntó.

— Ta —Irene responde, mientras toma unos palillos del fondo del bolso—. Por cierto, me gusta la corbata, muy sexy.

— Odio usarlas —Sherlock responde irritado—. Pero mamá siempre insistió en que las usara.

Irene aguanta la risa.

— No hare que uses otra la próxima vez. Aunque te ves algo guapo ¿Vino?

Sherlock sacude su cabeza.
— Deberíamos mantener la mente clara. Tenemos que hacer una llamada, ¿Recuerdas?

Irene se sirve una copa, de todas maneras.
— Nunca hagas algo importante con la mente clara.

— Eso explica muchas cosas —Sherlock comenta. Irene sonríe.

— Eso no es un vestido de Milliver —Sherlock comenta, mientras le echa un vistazo a su vestido.

— Ciertamente, no lo es.

— Creo que es un diseñador italiano, Alessio tal vez, a la venta en unos 700 euros, nuevo, de la colección de primavera de 2010. No hay manera de equivocarse al ver el dobles ¿Reviviendo tus días de gloria? Ese tono de azul está hecho para resaltar los ojos. Suena como una noción romántica, pero de hecho es muy práctico. Dejando a un lado la vulgaridad de las revistas para hombres, todas las investigaciones científicas muestran que los hombres heterosexuales son atraídos por el rostro más que otra cosa. Los ojos son el punto focal del rostro así que es la manera más segura de incitar la admiración —Sherlock al fin se detiene lo suficiente para tomar un bocado de curry.

— Sabes, la mayoría de la gente me habría dicho que me veo bien.

— Pues, aburrido de su parte.

— Y aun así la gente prefiere halagos a que las recojan en pedacitos.

— Si quisieras ser alagada, hay un vasto número de hombres y mujeres que se matarían entre ellos para poder estar aquí diciendo tonterías. Pero en su lugar me chantajeas a que tuviera una cena contigo.

— Cierto —Ella le sonríe—. Tú eres más entretenido que cualquier admirador.

— Eso es porque no te admiro.

— ¿No? —Irene arquea las cejas. Sherlock se inclina hacia el frente.

— No llevas puesto ese vestido de noche tan hermoso porque piensas que me atrae. Me estas recordando que tienes una carrera muy lucrativa detrás de ti, sin mencionar la habilidad de manipular simplemente adoptando una apariencia correcta. No es el sexo lo que te interesa. Es el poder. Coqueteas conmigo porque así es como tú controlas a la gente. Y porque no soy como los demás, tú te interesas.

— ¿Entonces eso es lo que piensas acerca del sexo? —Irene preguntó— ¿Alguien tratando de controlarte?

Sherlock deja de hacer contacto visual por una milésima de segundo. Luego él sonríe, recargándose en su silla, con los brazos cruzados.
— Oh Muy bien, señorita Adler. Quizás debí haber sugerido a John ir con una dominatrix en lugar de molestarse con ese inútil terapeuta.

Dinning with Frogs.  {Traducción}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora