6º Demonio

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–Yo... yo no quería –Intentaba disculparse sin ser capaz de dejar de llorar.

–Ya lo sé, ya lo sé –Contesté poniéndome ropa nueva más cómoda y seca–, si te tranquilizas te contaré que ha pasado, si?

Él me miro por un segundo intentando retener las lágrimas y sollozos de una vez, pero seguían saliendo sin su permiso agobiándolo y haciendo que se enjuagara la cara una y otra vez con las manos.

La verdad es que mientras estaba inconsciente podría haberle buscado ropa en vez de simplemente tenerlo envuelto en mantas, pero bueno, ya le compraría ropa, así que rebusqué entre mi ropa y saqué una prenda que Bastián había llamado "sudadera" y que decía que se utilizaba mucho en esta época, nunca la había usado así que estaba con la etiqueta puesta y todo.

Cuando se la puso note bastante evidente que le iba grande, no nos llevábamos mucho más de una cabeza de diferencia en la estatura, pero con respecto a tallas parecía como que usaba 20 más que él, le sobraba hasta en el largo, que daba para tapar a la perfección sus calzoncillos.

Cuando le di un pantalón de chandal ya parecía quedarle un poco mejor, pero por qué era corto y ajustable.

En el proceso de vestirse y secarse se fue tranquilizando un poco más.

–Sabes que Bastián es un demonio, verdad? –Pregunté intentando comenzar por alguna parte que él pudiera entender.

Él asintió como respuesta y se lavó la cara de nuevo antes de sentarse en el borde de la cama esperando una explicación clara.

–Los demonios realmente no son corpóreos como él, solo lo pueden ser aquí, en nuestro mundo, pero aún así pueden decidir no serlo y atacar a humanos sin necesidad de adquirir forma –Expliqué fijándome en la expresión de su cara por si mostraba señales de incomprensión–. Siendo incorpóreos pueden ir de la mente de un humano a otra, como si fueran piojos, hasta que se les de la gana de dejarlo y volverse a su territorio, todo esto lo entiendes, no?

–Si, si, lo estoy entendiendo –Respondió rápidamente dejando que le pasara un pañuelo por la zona de los ojos por última vez.

–Bien, pues tú tienes a uno dentro de ti, pero en vez de irse cuando se canse se ha encontrado con la situación de que no puede, la marca de tu espalda es un sello que no deja que él abandone tu cuerpo, así que cuando estás demasiado débil él coge control de tu cuerpo –Terminé de explicar viendo que ahora su rostro si expresaba dudas.

–Por que está encerrado en mi cuerpo? –Preguntó bajando la mirada a sus manos todavía algo temblorosas.

–No lo sé, no me lo ha querido decir, pero creo que lo encerraron en contra de su voluntad –Contesté acariciando su cabeza con cuidado.

Por unos segundos nos quedamos en completo silencio, no podía leer su mente pero seguramente no estaba conforme con la situación, como cualquier persona normal y corriente querría de vuelta en su totalidad su cuerpo y su subconsciente, pero, en este caso, era más fácil pedirlo que hacerlo.

–Yo... –Comenzó a hablar con la voz más temblorosa– creo que yo maté a mi padre.

–Seguro? –Pregunté sentándome pegado a él e inclinando su cabeza para que la apoyará en mi hombro.

–Mientras dormía solo veía una y otra vez a mi padre ahogado en la bañera de mi casa con mi voz de fondo riéndome y diciendo que estaba muerto, como si fuera una cinta rallada que se rebobinara en el mismo punto una y otra vez –Explicó bajando el tono de voz cada vez más según le iba fallando y temblando.

–No creo que fueras tú, Aldinach tiene más posibilidades, que es como se llama el demonio –Contesté acariciando su cabeza según su respiración se alteraba.

Mascota  (Yaoi/BL)Where stories live. Discover now