31° Juicio

3.1K 305 0
                                    

–A Canek lo has traído aquí por lo del demonio, no? –Preguntó Azael sacando directamente el tema del que quería hablar.

Al final habíamos terminado quedando en su despacho acompañados de unas tazas de té y la noche mientras todos estaban ocupados haciendo otras cosas y teníamos tranquilidad para hablar.

–Si –Respondí siendo bastante obvio que ese era el motivo–, en cuanto me despisto pierde el control y se tortura a sí mismo por ello, psicológicamente no esta del todo bien y en mi casa, estando constantemente atento del trabajo, no había un ambiente adecuado.

–Es un demonio muy agresivo entonces –Planteó concentrado en todo lo que le decía sobre Aldinach y como estaba quemando Canek.

–Demasiado, no le importa dañar el cuerpo de Canek si con eso consigue neutralizarlo, en el último ataque casi consigue estrangularse, anteriormente había conseguido sacar a Canek de casa en mitad de un horrible huracán, terminó hospitalizado al darle una rama en todo el costado rompiéndole varias costillas y conseguir una neumonía, con anterioridad intentó ahogarme a mí al ser capaz de manejar el agua, pero no le dio resultado –Explique con cama sin poder evitar suspirar al recordar todo esto–. Creo que el motivo principal del por qué lo ataca es por que esta conmigo.

No iba a mentir, había llegado con facilidad a esa conclusión hace algún tiempo, pero con él último ataque simplemente me afirmó lo que ya sabía.

–Pero aún así no lo dejas irse –Murmuro clavando la vista en la taza de la infusión de color rojizo y aroma dulzón que tanto le gustaba.

Yo era más de sabores algo más amargos con poco azúcar.

–Antes de que lo encontrará mato a su padre, aunque lo soltara no tiene a donde volver –Rechiste consiguiendo que volviera a levantar la mirada hacia mí y entendiera también una parte de mi situación–. Y aún si ese no fuera el caso no quiero dejarlo libre, ahora me pertenece.

–Bueno, al menos eres medianamente sincero contigo mismo –Contesto con una pequeña risa que a mí solo me provoco que endureciera mi expresión.

Sabía lo que trataba de meterme entre ceja y ceja, y no estaba dispuesto a caer de nuevo en mis sentimientos.

–Está claro que te has encariñado con él, a mí no me trates de engañar si lo has traído hasta mi casa por su propio estado psicológico –Reprocho sabiendo que por dentro me quejaba de su ingenuidad–, piénsalo un poco dejando a lado tu orgullo un momento.

–Ya lo hago –Conteste volviendo a coger la taza de infusión empezando a beber mientras veía por la ventana la noche nublada asimilando lo que estaba a punto de decir.

Las palabras estaban escritas en mi cabeza desde hacía tiempo, no me estaba contando algo que yo ya no hubiera pensado, pero me seguía resultando difícil decirlo en voz alta.

–Cuando me doy cuenta siento que dejo atrás a esa chica –Termine la frase tras asimilarlo lo suficiente.

–Hace muchos años de eso, pero por mucho que Canek esté ahora aquí nunca la dejarás atrás –Respondió sabiendo que al hablar se ponía a su mismo como ejemplo–, cerrarás los ojos para irte a dormir un día y solo serás capaz de verla a ella, tal vez incluso recordar su tacto y su voz susurrando a tu oído, pero eso no evitará que al despertar de quien estés atento de nuevo sea de Canek.

Mascota  (Yaoi/BL)Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu