Capítulo Cuatro.

5.6K 537 30
                                    

Me sobresalté al darme cuenta que estaba viendo un punto fijo de la pared, saber por cuanto tiempo. Sintiéndome como una tonta por haber recordado esa desastrosa noche limpié mis lágrimas, luego caminé hacia la cama para tomar asiento.

Tengo sueño gracias a lo hinchados que están mis ojos, y amaría poder dormirme pero dejé mi pijama en el dormitorio, claramente no iré por ella, no sabría como actuar… como actuar después de todas las cosas horribles que me dijo.

《Tuviste que haberme dicho cuando empezaste a sentir algo por mi… Créeme, habría hecho todo para que dejaras de hacerlo...》

Sollocé volviendo a limpiar las nuevas lágrimas que se deslizan por mis mejillas, sus palabras causan tanto efecto en mi por la forma en que me veía, como si fuera un insecto, es decir, ¿No soy lo suficientemente atractiva para hacer que sintiera algo por mi en todo este tiempo? Realmente con esos ojos fastidiados me hizo sentir como la ogra del cuento que se enamora del príncipe.

《Parece que olvidaste que fuimos casados por nuestros padres ¿Verdad?》

Y esas palabras…

—Te odio —susurré con rencor, ahora me siento como una estúpida por haber pensado que su respuesta sería diferente—Es cierto, nos casamos por obligación —me dejé caer sobre las sábanas, insegura de cómo sentirme, si pendeja o dolida.

Siempre quise que me viera con otros ojos, y por un momento pensé que lo había logrado; porque comenzaba a ser más gentil, empezaba a mostrarme cualidades que le gustaban, como jugar ajedrez (claramente siempre perdía contra él), y lo mejor, sus contactos eran más frecuentes como cuando se acercaba a mi oído.

Ahora…

Y ahora por mi estupidez Johan ya no hará nada de eso, "por miedo a enamorarme más".

[…]

Me desperté con la cabeza dando vueltas, intenté ignorarlo así que traté de sentarme pero rápidamente fui atacada por un mareo horrendo. Toqué mi sien adolorida, definitivamente no vuelvo a llorar hasta quedarme dormida.

No tengo claro que hora es, pero por lo brillante que está el sol (que incluso atraviesa las gruesas cortinas) diría que son las ocho, pero la fría brisa me hace creer que son las siete.

Aún con sueño me escondí entre las sábanas con la intención de esperar a que Johan se fuera a trabajar pero de pronto recordé algo que me hizo abrir los ojos de golpe: es domingo.

—Mierda —volví a sentarme, está vez con el corazón latiendo a mil por hora, ¿Qué se supone que haga? Realmente no quiero verlo, me sentiría avergonzada e incómoda.

Y quedarme aquí no es una opción, tengo muchas cosas que hacer por ser domingo.

Salté de la cama para verme en el espejo del baño, ¡Santo Dios! ¿Qué es esto? Mi cabello está esponjado, y aunque no tengo ojeras tengo los ojos hinchados, ¡SOY UN DESASTRE! ¡Necesito lavarme!

Entonces me detuve a pensar si ir a nuestro dormitorio a bañarme y de una vez cambiarme, o ducharme aquí y luego agarrar mi ropa. Pero en cualquiera de las dos opciones podría chocarme con él... ¿¡Pero qué estupideces digo!? Aunque me desagrade, es obvio que lo tendré que ver.

Pero me niego a que me vea como bruja, así que aprovechando que hay algunas toallas, decidí bañarme aquí. No me incomoda este vestido pero me siento aliviada de quitármelo, después de pasar una noche entera con el.
.
.

Seduciendo A Las Rosas [Oficial]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora