Capítulo Diez.

4K 339 27
                                    

Después de no haberme despertado cuando Johan se fue al trabajo, esperé a su llegada como un perrito extrañando a su dueño, literalmente toda la tarde me quedé viendo las agujas del reloj rogando que fueran más rápido.

Respiré profundo, sentada en el sofá con las rodillas a la altura de mi pecho, ¡No aguanto la espera! Ojalá que salga temprano del trabajo, y venga rápido, ¡Necesito verlo! Me quedé con las ganas a la hora del almuerzo porque no llegó.

Y eso de alguna manera me hace sobrepensar, ¿No querrá verme después de lo que hicimos? ¿No le gustó? ¿Tratará de evitarme cuando llegué?

Estresada apoyé mi frente contra mis rodillas; carajo quiero saber cómo me tratará desde ahora... cualquier hombre pediría que lo repitiéramos hasta en la cocina, pero hablo de Johan...

Además no estoy segura si disfrutó lo que hicimos anoche...

Incluso me la pasé todo el día cerrando los ojos para recordar algún gesto que me ayudara a saber si lo complací tanto como él me complació, pero lo único que se me viene a la cabeza es lo rico que se sentía rozar mi desnuda intimidad con su pene erecto, moverme en círculos sobre su regazo para alcanzar el placer absoluto, o también sentir su lengua envolviendo mis pezones, o lo que más recuerdo... ese deleitoso orgasmo, que hasta dejó mi cuerpo entumecido.

Abrí los ojos de golpe al darme cuenta que lo último que recuerdo es: haberme corrido, ¿Qué pasó después? ¡No recuerdo nada! ¿Me habré desmayado? ¡No! ¡Por favor no! Aunque... anoche sentí muchas cosas a la vez, mi corazón latía con fuerza, y me faltaba el aire, que creo que eso pasó.


—Johan...—lo nombré abrazándome a mi misma, si en verdad me desmayé espero no haberlo molestado —Ven, quiero verte...—parece que por fin fui escuchada porque escuché su auto entrar al garaje.

Emocionada salté del sofá para correr a la puerta, abrirla y salir a verlo, ¡Definitivamente logró reparar su auto! Pensé que compraría otro, pero veo que le tiene cariño a ese porque según pagó mucho para que lo revisaran bien.


No pude evitar sonreír cuando caminó distraídamente hacia la puerta principal en donde lo espero, se detuvo de golpe al notarme, reí porque lo asusté.

—Johan, me alegro que hayan logrado reparar tu auto...—susurré dándole la mejor de mis sonrisas, pero lentamente la fui deshaciendo, su manera de verme... es normal, pero entonces... ¿Por qué me siento mal? ¿Acaso quiero un poco de sazón en su mirada?

—Claro, no era nada especial, solo un pequeño problema con el motor —aseguró suave pero frío a la vez, como lo hacía antes de seducirlo. No pude evitar sentir un pequeño dolor en mi pecho, ¿Actuará como si nada pasó? —¿Qué te parece si entramos? Hace mucho frío, puedes enfermarte…—delicadamente me agarró del brazo para adentrarme a la casa.

Si, soy consciente que acaba de ser amable, pero… ¿Por qué se siente tan seco?

—Mm, ¿Deseas tu cena ahora? —interrogué un poco desanimada.

—Si, por favor…—pidió quitándose la bufanda negra que traía consigo, posteriormente sin decir nada subió al segundo piso. Involuntariamente di unos tres pasos atrás de él pero me detuve, antes de seducirlo solía actuar así, ni siquiera se detenía a mirarme, eran raras las ocasiones que me contaba su día, que se detenía a preguntarme como me fue, entonces... después de lo que hicimos... ¿Por qué no se detuvo a preguntarme cualquier cosa?

Seduciendo A Las Rosas [Oficial]Where stories live. Discover now