Capítulo Siete.

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Deseaba seguir su orden y voltear de inmediato, pero por alguna razón me quedé quieta, muda, e inmóvil. Tal vez quería estar 100% segura de sus palabras, que esperé a que lo repitiera, pero como el silencio reinó terminé riéndome de mi misma, ¿Tan loca estoy? ¿Debería asustarme o impresionarme por mi cerebro? Porque imitó perfectamente a Johan.

Esto es el colmo, ¡Ya no es normal esta obsesión! ¡Si sigo así me volvere loca!

Refunfuñando me cubrí la cabeza con la sábana, quizás muera asfixiada pero es lo que merezco; MORIR DE CALOR COMO LA CALIENTE QUE SOY.

[…]

Cuando desperté por el sonido del agua caer, sentí una gran nostalgia. Sé que solo fue una noche pero sentí que pasó un año, un año desde la última vez que escuché mi alarma personal; la ducha de Johan a la 7:00 a,m.

Me estiré entre las sábanas blancas de algodón, lo mismo me pasa con esto, todas las habitaciones tienen exactamente las mismas sábanas, pero por alguna razón las que están aquí se sienten más deliciosas.

Después de desempolvar todo el sueño que tenia me levanté energizada, seguramente hay un gran sol, porque incluso por las gruesas cortinas entran algunos rayos de luz.

Fui hasta el armario a la vez que me deshacía de mi camiseta, acostumbrada abrí la puerta para escoger la ropa que usaré pero salté del susto al ver todo vacío, entonces recordé que llevé todas mis cosas a la habitación de huéspedes.

—Ahg, que imbécil —me regañé tocando mi frente divertida pero también adolorida, ver la mitad del armario vacío, también saber que no volveré a cambiarme aquí ¡Arde como el infierno!

Con la intención de ir a mi habitación; me volteé viendo mi camiseta, tengo la costumbre de ponerla al revés al quitármela, y cuando la arreglé quise ponérmela pero mis ojos no tardaron en enfocar a Johan viéndome con la boca abierta pues se estaba cepillando los dientes.

Volví a la normalidad cuando vi algunas gotas de su pasta dental caer al suelo, fue gracias a eso que pude percibir un millón de sensaciones apoderarse de mi pobre cuerpo, como una estampida: tal como pude sentir mis mejillas tan calientes que serían capaces de cocinar un huevo, también mis orejas, que si siguen a esta temperatura… caerán rostizadas, o mi corazón, que si no estuviera acostumbrado seguramente ya hubiera muerto de un paro cardíaco.

En serio siento una horrible pena porque me está viendo los senos descubiertos (si, desnudos porque ¿Quién se duerme con sujetador?) Pero aún así no puedo, o mas bien no quiero cubrirme…

Sería una gran falta de respeto hacerlo cuando dos personitas me están contemplando, ¿No?

—C..Carajo, perdón —tardó un poco en darse cuenta que alguien estaba despierto, así que como pudo lo bajó con la mano y se volteó dándome su ancha espalda descubierta. Bajé la cabeza apenada, no lo había notado antes pero estoy temblando, por curiosidad levanté mi mano, se mueve bruscamente. ¿Debería sentirme orgullosa por haber hecho que su… se haya levantado? No, lo que estoy es excitada, mis senos están tan erectos que duele.

Fue inevitable verlo de nuevo, la punta de sus orejas están rojas, también mantiene una respiración acelerada. Sonreí con ternura pero después de un tiempo me di cuenta que seguramente está incómodo y avergonzado.

—N-No, discúlpame a mi —susurré poniéndome la blusa tan rápido como mis brazos lo permitieron, ¡No es momento de sentirme orgullosa o excitada!

Pasé por su lado corriendo, (algo de lo que me arrepiento) porque no pude verle el rostro, ¡Realmente quiero saber si esta apenado o algo! Pero solo pude ver su apariencia tensa.

Seduciendo A Las Rosas [Oficial]Where stories live. Discover now