Capítulo Seis.

5K 445 50
                                    

Un hombre de cabello rubio oscuro, que quizás había usado mucho gel para mantener sus rizos quietos, pero que ni así lo logró, estaba sosteniéndome. Seguía viendo doble pero cuando pude enfocarlo bien; lo primero que llamó mi atención fueron sus ojos, mismos que eran tan penetrantes que me costó parpadear y darme cuenta que eran de un gris tan irreal, que por un momento pensé que se trataban de lentes de contacto.

Pero eso no era lo único que hacía sorprendente al joven, también estaba su piel caucásica, sin marcas, sin cicatrices, y sin barba, tan limpio como los cachetes de un bebé.

—¿Qué hiciste? —pregunté atontada. En verdad creo que me caí chocando mi cabeza contra el suelo tan fuerte que estoy teniendo una hemorragia craneal, y esto solo es una hermosa alucinación antes de morir.

—¿Qué? —cuando escuché su voz tan masculina pero a la vez suave y llena de inocencia; sonreí encantada, ¡Debe haber algo imperfecto en este ser tan perfecto!

¡Me encantaría saber que es!

—Tuviste que hacer algo muy malo para que Dios haya decidido abandonarte en la tierra, querido ángel —aluciné tocando la punta de su nariz juguetona.

—Ah, ¿De qué habla señorita? ¿Se encuentra bien? Puedo llevarla al hospital —y de repente las neuronas de mi cerebro comenzaron a funcionar, entonces recordé que éste solo es un pobre muchacho que logró salvarme de una fuerte caída ¡Seguramente piensa que estoy drogada! Con una enorme pena, traté de zafarme de sus brazos e intenté mantenerme de pie, pero seguía tan mareada que lo único que logré fue caer nuevamente en sus brazos —Señorita…—lo escuché preocupado.

—P-Perdón —insegura de causarle algún fastidio; me esforcé por levantarme tan rápido como pude, lo logré, pero eso acarreó un fuerte mareo que solamente me dio náuseas —Disculpe la molestia pero ¿Podría decirme dónde está el baño. —pregunté cubriendo mi boca, creo que soy capaz de vomitar aquí mismo.

Como hubo un largo silencio; quité el cabello de mi cara para mirarlo: fue cuando pude tener un contacto visual normal con él, sin verlo como un ángel, al contrario… como una persona normal, que respira al igual que yo, que si se corta sangra, que se enferma cada septiembre.

Suspiré encantada, hasta un poco sonrojada.

—Espera, ¿No eres Verónica Monroe? —cuestionó después de escanearme completamente. Desvíe la mirada apenada, ¿Será que me conoce porque mi familia esta en banca rota?

—S-Si…—susurré insegura. Fue cuando ese muchacho levantó una ceja pícaro, antes de acercarse entre pisadas fuertes y rápidas, retrocedí temerosa, ¿Me va hacer algo?

—¿Podríamos habl…

—¡Cariño! —un grito lo interrumpió, ambos saltamos sobre nuestro lugar, sobre todo yo, pues ya me encontraba intimidada —¿¡Dónde estabas!? —junté las cejas cuando vi a la señora Sáhara correr hacia nosotros, ¡Está demasiado sonrojada! ¿Buscó a su hijo por todos los rincones de está enorme mansión? ¿¡Con esos tacones!? Debe estar muy desesperada —Por favor, en serio por favor dime dónde está tu hermano —ordenó pero se escuchó más como una súplica.

Me alejé cautelosamente para que hablaran con más libertad, pero mientras retrocedía sus palabras resonaron en mi cabeza;《Por favor dime dónde está tu hermano》

Engrandecí los ojos tan pronto entendí, ¿¡Su hermano!? ¿Eso quiere decir que él es Johan? ¿¡Él hermano menor!?

Seduciendo A Las Rosas [Oficial]Where stories live. Discover now