Capítulo 10: Reuniones inesperadas.

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La noche del viernes, Annabeth finalmente recupera su celular y su libertad.

Lo primero que hace la rubia es dirigirse a la cabaña de sus amias para ponerse al día. No ha sido tenido contacto con ninguna de ellas desde que su castigo fue impuesto, a excepción de Piper que solo la visitó una vez.

Al llegar, sus amigas la reciben con alegría y abrazos y de inmediato la sientan en el sofá para comentar las novedades.

—Cuenten, ¿qué me he perdido? —pide la chica rubia. Calispo es la primera en tomar la palabra.

—Piper y Jason tienen una cita hoy.

—¿Ya se han reconciliado? —Eso sería una gran noticia. Desde el punto de vista de Annabeth, ellos son el uno para el otro.

—Aun no, se reunieron para charlar —aclara Hazel, tomando un cojín para abrazarlo.

—Por favor, chicas —dice Thalia—, es de Piper y Jason de quienes estamos hablando. No pueden vivir el uno sin el otro.

Todas asienten, estando de acuerdo.

—¿Y Percy? —Annabeth no puede evitar hacer esa crucial pregunta. Las chicas ríen, sabiendo que esa pregunta vendría tarde o temprano. La rubia se sonroja.

—Ya su pie se ha curado —le hace saber Hazel.

—Que alivio —suspira Annabeth.

—Aun me cuesta creer que lo haya picado un cangrejo —comenta Calipso entre risas. Las demás chicas también ríen.

—Son la clase de cosa que solo le ocurrirían a Percy Jackson —afirma Thalia.

🌃🌃🌃🌃🌃

Las amigas han pasado un agradable rato charlando y poniéndose al día, aguardando con impaciencia la llegada de Piper del restaurante.

Al rededor de las ocho y media, alguien llama a la puerta. Thalia es quien se levanta a ver quién es la visita, y las chicas saben que no se trata de algo bueno debido a la tensión de la pelinegra.

—¿Qué rayos haces aquí? —La brusca pregunta hace que Annabeth se levante y vaya hasta la puerta, donde, para su sorpresa, se encuentra Nico Di Angelo.

—Annabeth —Nico actúa como si no hubiese visto a Thalia—, ¿podemos hablar un momento?

La aludida se sorprende. Ella y Nico no son amigos cercanos, en su vida solo a cruzado palabra con él en muy contadas ocasiones. ¿Qué podría querer hablar con ella?

—Ah... —Annabeth mira a Thalia en busca de su aprobación, pero la chica solo tiene el ceño fruncido mirando a Nico. Annabeth toma la decisión—. De acuerdo, te escucho.

—Aquí no. Prefiero que hablemos en privado. —Nico deja de ignorar la presencia Thalia y le lanza una miradita poco amistosa.

—Bien, iré por mi abrigo. —En las noches, la isla era un poco fría.

Luego de colocarse el abrigo y de responder escuetamente las preguntas de sus amigas, Annabeth acompaña a Nico afuera. Ambos caminan unos minutos en silencio por el camino lleno de farolas, y entre las palmeras Annabeth ve la luna reflejarse en las olas del mar.

—Vi a Zack. —Nico rompe el silencio con esta impactante noticia que deja inmóvil a Annabeth. Nico también deja de caminar.

—¿Qué has dicho? —Casi creyó haber oído que...

—Vi a Zack. O mejor dicho, Jason y yo vimos a Zack.

—¿Qué? ¿Cuándo? ¿Cómo?

—En a fiesta de la playa —relata Nico con un suspiro—. Cuando me fui, Jason me siguió. Estábamos hablando cuando lo vimos en la fiesta, así que decidimos seguirlo, pero ambos estábamos muy borrachos y no le dimos alcance.

Annabeth se queda sin palabras. Después de la ruda forma en que Zack trató a Annabeth la última vez que la vio, y él desapareció sin dejar rastro, Annabeth pensó que eso sería todo, que jamás volvería a saber de ese chico misterioso. Y ahora resulta que Nico y Jason lo han visto, que ella misma y Zack vieron a su cómplice... Zack había regresado, pero aun no dejaba vera del todo.

Esto confunde mucho a la inteligencia de Annabeth y la hacía cuestionarse: ¿Qué hacía Zack en la isla?

Secretos y Mentiras (Como te odio Percy #2)Where stories live. Discover now