Capítulo 12: Remordimiento.

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Annabeth se queda un par de segundos más ahí sentada, aturdida por toda esa extraña conversación. Intenta sacar de su mente esa charla, sobretodo la arte sobre su madre, asegurándose a sí misma que ella no quiere volver a pensar en esa traidora...

Pero las semillas de la duda ya han sido plantadas y una parte de Annabeth odia quedarse con el suspenso, es por ello que durante el año escolar hizo de todo para revelar a sus amigos virtuales.

Pero esto no es sobre usuarios anónimos, es sobre su vida personal, sobre su madre, sobre su origen.

No puede quedarse simplemente con la duda.

Annabeth no lo piensa más y se levanta, encaminándose a su cabaña para buscar respuestas con su única fuente posible: su padre, Frederik Chase.

A pocos metros, Annabeth recibe una llamada y con algo de remordimiento nota que es de Percy. Le ha dejado plantado.

—¿Percy? —contesta. Es mejor responder ahora, sino la culpa será peor.

—¿Annabeth? ¿Donde estás? ¿Estas enfadada? ¡Perdón, perdón, perdón! ¡No era mi intención plantarte! ¡Es que me ha pasado la cosa más rara!

—Yo no estoy...

—Había un tipo disfrazado del pulpo —Perch empieza a relatar, sin dejarle aclarar que no está enfadada—, y había como un baile de disfraces en la playa y me empujaron, perdí mi teléfono. El hombre pulpo quiso bailar conmigo, fue extraño e incómodo, no sabía como sacármelo de encima, hasta que una mujer pulpa vino y se lo llevó, entonces ahí sí pude tomar el celular y venir corriendo, pero ya te habías ido. —Al contar la última parte, parece algo triste.

Annabeth suspira, extrañándose un poco de a historia, pero sintiéndose mal por su novio.

—No estoy enfadada, cariño, no me fui por eso... —La voz de Annabeth disminuye hasta desaparecer. ¿Le dirá a Percy su encuentro con Anais? Teme que si se lo cuenta, Percy vuelva a obsesionarse con encontrar a Zack.

—¿Ha ocurrido algo? —Percy denota preocupación. Annabeth fuerza una sonrisa, aunque sabe que Percy no puede verla.

—No, mi sesos de alga. Todo está bien, solo que me sentí algo indispuesta. Pero nada grave —se apresura a decir—, para mañana ya estaré como nueva. Tendremos que posponer la cita.

—No es justo, ansiaba verte. —Annabeth casi puede ver a Percy haciendo un puchero y se enternece al mismo tiempo que su culpa aumenta.

—Te quiero, Percy Jackson. Hablamos luego.

—¡Te quiero más, listilla!

Annabeth cuelga antes de que el remordimiento la haga sentir peor. Ya está delante de la puerta de su cabaña, ahora solo queda entrar y encarar a su padre.

Toma aire antes de entrar, sintiéndose nerviosa y ansiosa...

Pero...

Al entrar, todo su plan se cae, puesto que en la puerta de la nevera hay una nota: «Hemos salido a llevar a los niños a una fiesta de disfraces, quisimos esperarte, pero se nos estaba haciendo tarde. Te veremos al volver. Con amor, Frederik».

Secretos y Mentiras (Como te odio Percy #2)Where stories live. Discover now