Capitulo 6

39 1 0
                                    

Camelot. ¿Cómo había llegado allí? ¿Acaso era posible que la demente historia de Edgar fuera.... Cierta? Mis ojos venían todo a mi alrededor pero aún no lo creía. Veía todo el ambiente tan gris y frío y como había un enorme castillo rodeado de casa que bajaban de categoría hasta llegar a estar muy alejadas y adentradas en el tenebroso bosque.

Mik, Edgar y yo seguíamos al caballero llamado "Erickson" mientras dos caballeros más nos seguían con sus armaduras de hierro forjado. Íbamos caminando por el oscuro y húmedo bosque cuando creí haber escuchado algo. Justo a unos metros a mi derecha un ojo se cerró y algo como una capa se movió. Suspiré y Mik me miro con ceño fruncido por lo que me acerque a él y me abrace a su brazo.

-¿Todo bien? - me pregunta y yo asiento acurrucandome más apretada a su brazo, cosa que interpretó como frío y me abrazó.

Mientras más nos adentrábamos en el bosque más oscuro se volvía y sentía como si mis oídos se estuvieran destapando y como si mi manos hubieran estado dentro de agua caliente y ahora estuvieran sensibles. Mis manos comenzaron a temblar mientras había más oscuridad y mis ojos se cegaron, a mis oídos llegaron todos los sonidos del bosque y un murmullo de voces susurrando que se hizo más y más fuerte hasta ser lo único que escuchaba. Caí gritando al suelo y en mi cruda desesperación agarre a alguien tan fuerte que sentí su sangre correr a través de mis dedos.

De repente todo se mantuvo en un silencio sepulcral donde sólo escuchaba mi agitada respiración, pero aún no podía ver nada y mis manos temblaban y ardían y sólo respiraba aire caliente. A lo lejos escuchaba el aletear de un pájaro, pero mediante pasaba los segundos lo escuchaba más cerca y más fuerte.

-¡Evangeline! - una voz penetró mis fronteras y obtuve mi visión otra vez.

-¡Algo se acerca! - grite y me puse de pie lo más rápido que pude. Todos me miraron escépticos. - Hay algo, no se que es pero es grande.... Y vuela... - digo tratando de recobrar la respiración. En ese instante algo paso volando por encima de nosotros a toda velocidad y luego otra vez. - Ya llegó. - susurre y me eche a correr, adentrandome a la espesa penumbra del bosque. Mis ojos comenzaron a cegarse otra vez y mis manos, que ya temblaban de por sí, a calentarse otra vez.

-¡Cuidado! - alguien me tumbó y rodamos por el suelo, justo cuando una columna de fuego aterrizaba en el lugar donde había estado. - ¿Estás bien? - la profunda voz de Edgar susurro en mi oído con la respiración entrecortada. Asiento y abro los ojos ya puedo ver otra vez. Y lo que vi fue algo que jamás olvidaré. Justo encima de Edgar había un enorme dragón, con la piel rústica y llegada de un espeso color negro, y un enorme ojo rojo que nos miraba. La bestia se dio cuenta de que la miraba y alzo el hocico, de donde salió humo y supe que iba a escupir fuego. - ¿Estás... - comenzó a hablar pero no le di la oportunidad de terminar de hablar. Me abrace con fuerza y rodé sobre él, llevándolo conmigo, justo a tiempo cuando una columna de fuego quemaba todo el lugar donde estaba.

El impulso de mi empuje hizo que siguiera rodando sin poder detenerme por la pendiente, trate de parar agarrandome de alguna raíz, pero todo se me resbalaba de las manos y un precipicio se acercaba. Con más desesperación trate de detenerme pero no lograba más que ganarme un buen golpe en el costado o incluso en las manos ya sensibles de por sí.

En algún momento mi mano se aferró a algo y deje de rodar. Mi respiración era acelerada. Me senté mirando hacia mis pies, estaba a punto de caer. Entonces sentí como la mugrosa tierra debajo de mi se desmonoraba haciendo que mi cuerpo volviera a resbalar hasta que mi colgando de las manos por el precipicio.

-¡Ahh, alguien ayúdeme! - logré gritar. Unas manos que se sintieron demasiadas frías se aferraron a las mías y luego tomaron mi antebrazo, pero se quedaron ahí. Alcé la mirada y me encontré con los ojos verdes de Edgar.

Perdida En Mis RecuerdosWhere stories live. Discover now