Capitulo 8

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Todo del otro lado de la otra puerta era oscuridad. Caminamos un rato hasta que mis ojos se adaptaron a la penumbra, permitiéndome ver que estábamos dentro de un pequeño cuarto. O al menos había una cerradura muy alta. Saque el bocadillo y le di una mordida, teniendo cuidado de no comer de mas y sobrepasarme.

-Cuidado, solo un pequeño mordisco -- les advierto a mis acompañantes mientras volvía a mi tamaño normal. Abro la cerradura al no encontrar por donde encender la luz. Entro en la pequeña habitación con el papel tapiz casi descolorido, una pequeña cama que parece ajena lejos de todo, una ventana por la que se asoma la luz vaga del atardecer. Alrededor de toda la habitación hay estatuillas y figuras de cerámica que sonríen alegres aunque sus ojos daban la sospecha de que sufrían por dentro, como si los estuvieran torturando pero aun así mantuvieran una perfecta sonrisa de dientes blancos.

No puedo evitar que la habitación me resulte tan familiar como la mía. Es como si hubiera vivido allí por un tiempo. Una imagen llena mi visión: estoy recostada en la cama con Edgar a mi lado mirando mi cabeza herida. el recuerdo cambia tan rápido que no me da tiempo para sopesarlo. Ahora habían dos mujeres entre los veinte y treinta años de edad y ambas me sonreían. Cambio. Un hombre con el pelo anaranjado eléctrico y un sombrero viéndome a la luz de la luna. Cambio. Cambio. Cambio. Rápidamente la imagen fue cambiando aunque de alguna forma se iba guardando en mi memoria, como si fuera una cámara a la cual se la habían extraído y luego perdido, para ser tiempo después, encontrada nuevamente.

Caigo al suelo sintiéndome ciega a causa del movimiento de los recuerdos y con un espantoso dolor de cabeza. Sentía como si alguien hubiera estado experimentando con mi cerebro y le habían adornado con agujas en lugares específicos para causar mas dolor.

-¿Evangeline? -- escucho a Edgar preguntar detrás de mi preocupado, pero aunque quiera decirle que estoy bien las palabras no me salen. Lo único que sale de mis labios son quejidos y gritos de dolor de vez en cuando y son entre dientes. -- ¿Estas bien? -- pregunta pero esta vez su voz suena mas que lejana, como si me hubiera sumergido al fondo de una piscina. Los recuerdos se detienen y todo se queda en negro, no siento nada, solo floto en la nada. Respiro tranquilamente y me mantengo calmada todo el rato mientras casi caigo dormida.

Lentamente vuelvo a abrir los ojos y me encuentro en mi habitación lo de Alexia. Lo recuerdo. Lo recuerdo todo. Mi sueño acerca de la muerte de mi madre, mi escapada, mi entrenamiento, mi pelea con Margo y como... como mi abuela murió. Se me arma un nudo en la garganta de tan solo pensar en ello.

-Eva, ya estas despierta. -- la voz de Mik suena a mi lado, pero ya suena como un extraño ahora, como si los últimos tres meses de mi vida hubieran desaparecido por arte de magia. -- ¿Que fue lo que te paso? Empezare a pensar que tienes una inclinación hacia los desmayos... -- y aunque lo que dice es cierto, se que lo dice en broma.

-¿Ya despertó? -- Edgar pregunta desde la puerta y sus ojos tiene un brillo de alivio y preocupación cuando conectan con los míos. Se acerca apresuradamente a mi y me abraza, sentándome en la cama junto a el. -- ¿Estas bien? ¿Que paso? Oh Dios, tienes las manos heladas... -- dice y antes de que logre decir nada arropa mis hombros con la colcha de lana que se encuentra abrazando la parte posterior de la cama.

-Estoy bine, no se preocupen. Mis manos están frías porque siempre lo están, mas cuando hace frío... -- respondo aunque agradezco la ya que puedo volver en calor mas facil con ella. Me aclaro la garganta y comienzo a maquinar una buena explicacion para lo que acaba de pasar. ¿Demasiada potencia? ¿Demasiado contenido? Tras sopezar por otro rato mas concluyo con que no hay nada que pueda sustituir la verdad tal cual es asi que suspiro y digo: -- Acabo de recuperar mi memoria. Oh bueno, una gran parte de ella... -- La boca de Edgar forma una perfecta O y se me queda mirando directamente por unos segundos antes de abrazarme una vez mas.

Perdida En Mis RecuerdosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora