Capítulo 10. Café

936 77 21
                                    


Joel

Tenía su cuerpo desnudo contra la pared y a pesar de que yo aún tenía ropa, podía sentir toda la humedad que destilaba de su maldito infierno. Su olor era potente, casi a punto de volverme loco pero en serio. Lo besé con tanta pasión, tanto fuego, tanto deseo que temía lastimarlo. Él no estaba mejor que yo, se restregaba contra mí con necesidad, jadeando entre besos, mordiendo mis labios y metiendo su lengua en mi boca como si le perteneciera, de hecho, si le pertenecía y lo sabía, por eso la utilizaba a su antonjo.

Sus manos tocaban todo lo que alcanzaban, se que quería sacarme la ropa y yo deseaba lo mismo pero quería que esto durara más tiempo, no podía parar de besarlo como lo estaba haciendo. Apreté fuerte sus nalgas y gruñí de gusto cuando gimió en mi boca, cuando me embarré los dedos de su lubricante. Me tenía loco perdido por él, realmente quería esperar a que pasara su celo, a que me reconociera estando en un estado natural pero yo no aguantaba más.

-No...pares...no pares. -Pidió en un jadeo que envió la sangre a mi entrepierna y mi miembro latió necesitado también, tenía que tomarlo pronto o no sobreviviría.

-No...

Caminé con él a la cama y dejé su cuerpo desnudo y tembloroso sobre el colchón. Me tomé unos segundos para disfrutar de la vista, se veía hermoso ahí acostado, su piel clara y perfecta bañada en una fina capa de sudor, con sus muslos escurriendo sus jugos, era demasiado para mí. Saqué cada pieza de tela de mi anatomía y por primera vez quedé por completo expuesto a él. Mi erección agradeció ser liberada y se irguió firme y orgullosa entre mis piernas, no perdí su reacción al verla en todo su esplendor y tampoco como repasó su mirada sobre mi desnudez.

-¡Oh Dios! Estás tan bueno. -Chilló excitado mordiendo su labio inferior y me encantó el gesto de apretar sus muslos, sabía que estaba contrayendo su entrada porque esta me llamaba a gritos mudos.

-Erick...-Gruñí subiendo sobre él, despacio, meditando sus reacciones, buscando un indicio de cordura pero él estaba más que decidido.

-Por favor ven, ven ya...quiero besarte mucho, quiero que me beses completo, toma todo de mí, te lo pido. -Su tono necesitado y lujurioso, no ayudaba en nada a mi autocontrol y mi lobo arañaba desesperado por salir.

-¿Sabes que no habrá vuelta atrás?

-Si...

-¿Sabes que no vamos a cuidarnos?

-Si...

-¿Sabes que voy a jodidamente anudarte y marcarte?

-Si...por favor...si...Alfa.

Y entonces...todo el infierno se desató.

Mis ojos cambiaron al rojo más puro mientras que los suyos brillaban de una tonalidad azulosa. Gimió completamente entregado cuando caí sobre él y nuestras erecciones se rozaron, estábamos muy calientes los dos y nuestros lobos no paraban de aullarse. No pude evitar besarlo con ansias, necesitaba todo de él y sentir que estaba tan desesperado como yo, era mágico. Resonaba en mi cabeza la forma en que me llamó y quería hacerlo completamente mío.

-¡Oh Dios mío! -Chilló alto y sensual cuando mi boca llegó a su pezón derecho, yo mismo no pude reprimir el gruñido de mi lobo, su jodida piel era puro arte, su botón rosa estaba tan erecto y duro para mí. -¡Oh por Dios! -Volvió a gemir cuando lo atrapé con mis dientes y tiré de él con la fuerza suficiente para hacer que doliera pero de manera placentera.

-Quiero escuchar todo, no te guardes ningún sonido. -Y claro que quería oirlo, esa combinación de su olor, sabor y los sonidos lujuriosos que emitía, hacían que me desesperara por hacerlo mío.

Smell ll JoerickWhere stories live. Discover now