Capítulo 14. Clases

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Joel

-Buenos días.

La clase entera quedó en silencio cuando atravecé la puerta con mis carpetas en mano. Todos los estudiantes dejaron de hacer lo que los ocupaba antes y prestaron atención a su profesor. Yo solo tenía ojos para el pequeño delgado que se encontraba a mitad del salón, ese mismo que me miraba con un brillo hermoso en sus esmeraldas. Su aroma único y delicioso, flotaba libre por todo el lugar, mi nariz agradecía ser receptora se ese olor que llenaba mi alma. En clases no podíamos mostrarnos tan evidentes, a fin de cuentas yo era un profesor y él mi estudiante pero no había ni ley ni persona que impidiera a un alfa reclamar a su omega si fuese necesario.

-¿Cómo ha estado señor Pimentel? Hace días que no asistía a clases. -Una rubia de la cual no conozco el nombre, interrumpió mi tarea de observar a mi bebé, él...bueno... él se había molestado.

-Pero ahora estoy acá y vamos a dar la clase.

No fui grosero pero usé el tono de voz justo para que tanto ella como el resto, comprendieran que no venía a hacer amigos. Dediqué una última mirada a mi pequeño omega y emprendí el rumbo hacia las dos horas de Semiótica que tenía preparada para este día. Acorde pasaban los minutos, me fui entregando a la tarea de impartir esta materia, dedicándome casi al cien a mis estudiantes, la otra parte de mí, no perdía ni el más mínimo movimiento de Erick.

Debo resaltar que mi niño era realmente el mejor de su clase, cada pregunta que yo hacía, era respondida por él. Noté como varios de los presentes, le dedicaban miradas poco amistosas y eso me daba rabia, mi bebé era increíble, inteligente, con una capacidad de aprendizaje muy por encima del resto de los demás y era injusto que precisamente por ello, algunos otros lo miraran de forma poco agradable sin embargo él estaba en su propio mundo y seguía interactuando conmigo como si estuviéramos solos en ese salón.

-¿Puedes dejar de responder a todo? ¡Dios que intenso eres! Por eso nadie te quiere, omega defectuoso.

El silencio fue sepulcral después de que la misma chica sin nombre se volteara a interrumpir a mi niño en medio de una respuesta. La sangre me hirvió en las venas cuando noté la tristeza en los ojitos de mi pequeño, la luz se apagó y cerró su boquita. Varios en la clase se rieron de él, otros pocos simplemente no reaccionaron. Yo sabía que no estaba bien, sabía que era poco profesional pero no iba a permitir que ella estuviera justo ahora sintiéndose victoriosa por humillar a mi omega.

-¿Cuál es tu nombre? -Hablé comedido y aparentemente tranquilo, ella volteó a mirarme de forma...coqueta, como si hubiese estado esperando por mí, pobre tonta.

-Sofía, señor Pimentel. -La sonrisa de regalada que me dió, no hizo más que revolver mi estómago pero no iba a dejarla tan sonriente, no cuando mi Erick estaba cabizbajo y marchito.

-Sofía...me parece bastante inmaduro de tu parte que te sientas orgullosa de intentar humillar a un compañero que evidentemente es mucho más inteligente que el resto de ustedes. Está bien que él no te agrade porque que seas de esas personas que reflejan sus propias deficiencias lanzándolas a otros pero es muy desagradable de ver como por el simple hecho de que alguien es superior a tí, tratas de menospreciarlo y humillarlo delante del resto. En mi clase no voy a permitir comentarios como el tuyo, y eso va para todos ustedes. No permito ninguna falta de respeto con sus compañeros, no mientras yo esté delante. Sofía...ser bonita no es suficiente, a veces o casi siempre, lo que enamora es lo que no se ve. Si tienes algún problema puedes decirlo ahora pero por favor, trata de no forzar mucho tus intentos de seducción, para un alfa que ya tiene lazo y pareja...es bastante poco agradable el olor de las feromonas de algún omega del montón.

Ella no pudo responder a ninguna de las palabras que le dije y tuve el placer de ver como pasaba de ser una arrogante a convertirse en una mínima cosa humillada. La clase entera estaba en silencio, se podía sentir la tensión en el ambiente pero nadie dijo ni hizo nada. Cuando volví mis ojos a mi pequeño bebé, quise correr a abrazarlo, se veía tan bonito ahí sentado, con sus ojitos brillando pero no podía hacerlo, tenía que esperar.

Continué la clase sin interrupciones, Erick no volvió a responder y eso me daba pena, era realmente brillante en esta materia pero entendía que se sentía menospreciado.  La última media hora la dediqué a un examen sorpresa, era corto pero me di el lujo de incluir al menos dos preguntas que iban a ser casi imposibles de responder. No podía castigar arbitrariamente a los estudiantes solo por defender a mi omega pero estaba en todo mi derecho de hacer pruebas para valorar el conocimiento, así que cuando pasé mis ojos por el salón y observé las expresiones de desconocimiento, me sentí bien, nadie iba a humillar a mi bebé y salir ileso.

-Tiempo cumplido. Pasen a dejar sus exámenes, mañana entregaré las notas. -Todos se levantaron y en silencio dejaron sobre mi escritorio sus respuestas. Cuando la chica Sofía dejó la suya, solo bajó la cabeza, no la miré, no me interesaba verla.

-¿Nos vemos a la salida? -Su dulce voz llegó como una brisa de verano, suave, tranquila y mis ojos buscaron los suyos.

-Tengo tantas ganas de besarte, amor. -Susurré manteniendo la distancia, ya no quedaba nadie en clases pero teníamos que mantener las formalidades.

-También yo...anoche no dormí bien, te extrañé mucho. ¿Eso es normal?

-Si... yo no pude dormir. Necesitaba tu aroma. -Y era tan cierto, los días de su celo habían creado un lazo irrompible pero ya habían acabado y tuve que volver a casa. No quería presionarlo y mucho menos arrancarlo de su hogar pero no podía vivir alejado de él.

-También yo y solo pude usar tu ropa para aliviarme. Te necesito mucho, alfa. -Sabía que iba a llorar y no podía permitirlo, no ahora.

-¡Hey bebé! No llores, no llores mi amor. Ve a la salida, espérame ahí, guardo mis cosas y te encuentro para que vayas conmigo. Voy a llevarte a mi casa y quiero que te quedes ahí.

-¿Cómo?

-Conmigo, quiero que te quedes para siempre conmigo. Si te da tranquilidad, hablo hoy mismo con tus padres pero necesito amanecer cada día contigo entre mis brazos.

Smell ll JoerickWhere stories live. Discover now