Capítulo 30. Otro alfa

552 53 19
                                    


Joel

Observo a Erick mientras ríe a la distancia, es hermoso y lo mejor es que no tiene idea de cuanto. Tiene esa belleza única que no necesita más nada para dejarte sin palabras, tan delicado y tierno, tan jodidamente perfecto que debería ser ilegal. Desde acá distingo ese brillo en sus ojos, está contento y lo puedo sentir mediante nuestro lazo, me da gusto saber que es feliz, tan diferente a cuando nos conocimos. El embarazo le queda de maravillas, hace que sus muslos crezcan y sus caderas se vean más anchas, haciendo así que sea un poco complicado manter mis manos y mi pene lejos de él. Si normalmente es algo extraordinariamente hermoso, verlo encajado en mi polla mientras lo penetro bien, no tiene punto de comparación con nada.

Por eso es que ahora voy caminando hacia donde está, hay un alfa idiota que no ha sacado sus ojos de él y aunque Erick ni siquiera se da cuenta de las intenciones del tipo, yo jodidamente se que está coqueteándole a mi omega. No voy a permitir que ningún otro idiota se crea con el derecho de mirar a mi esposo por más de dos segundos seguidos. ¿Acaso no ha notado su marca completamente expuesta? ¿No se da cuenta de que tiene una panza gigante adjunta a su bello cuerpo? ¿O es que no recuerda vernos llegar con nuestros hijos a cuestas?

-Erick. -Hablo serio en cuanto estoy a su lado, poco me importa si ese tipo es amigo de su infancia, ese omega es mío.

-Joey...¿Pasa algo? -Se que no puede captar aromas, que no siente las asquerosas hormonas de perro en celo de ese idiota pero si puede sentirme a mí y soy consciente de que justo ahora destilo pura posesividad.

-No...solo quiero hablarte de algo. -Él me mira con duda, me conoce y sabe perfectamente que estoy controlando mis impulsos pero parece que no quiere quedar mal delante de ese otro alfa que me mira con notorio enojo.

-¿Puede esperar? Es que con Marcos nos estamos poniendo al día y...

-¿Poniendo al día? -Elevo una ceja de forma inquisitiva, no se por que no entiende que no quiero que hable con ese idiota.

-Si...es que hace tiempo que no nos veíamos y bueno...he extrañado hablar con él.

-Como quieras.

Mi respuesta es tan fría como un cubo de hielo en un vaso de whiskey y tengo que contar hasta mil para no romper la cara del tal Marcos que sonríe con una victoria después de escuchar a Erick hablar. La única razón por la que me controlo, es porque estamos en la casa de mis suegros y mis hijos están presentes, odiaría hacer un espectáculo delante de ellos. Retiro mis pasos al interior de la casa dejando a mi omega poniéndose al día con ese estúpido alfa y aunque trato de no demostrar lo enojado que estoy, es casi imposible.

-¿Qué pasa, amor? -Es Daysi quien se acerca a preguntar. Por su mirada puedo saber que no estoy siendo muy cuidadoso a la hora de evitar gruñir. -Tus feromonas son demasiado intensas y estás gruñendo. Puedes hacer sentir mal a Erick y de paso a a Lía si sigues así.

-Estoy bien. -Respondo en cambio porque se que tiene razón, nuestro lazo es muy fuerte y se que le puede llegar a nuestra bebé, no quiero eso, no me lo perdonaría pero estoy tan enojado.

-No lo estás, hasta yo siento tu enojo. ¿Me vas a decir que pasa? -Ella hace que me siente a su lado en el sofá, me mira como si fuera también su hijo y se que no está molesta, solo quiere ayudar.

-Erick me rechazó. -Yo mismo se que parezco un adolescence celoso pero nadie se imagina lo incómodo y doloroso que es que tu omega te deje plantado para ir con otro alfa.

-¿Te rechazó?

-Si...le pedí venir a hablar pero me dijo que quería quedarse con ese amigo suyo.

-¿Eso es todo?

-Daysi, se que vas a decir que estoy exagerando pero soy su alfa y se distinguir cuando otro de mi misma casta tiene interés en un omega. No estoy diciendo que Erick me cambió por él pero no puedes pedir que no me moleste cuando hasta acá me llega el olor de la excitación de ese tipo. No me importa si es su amigo de la infancia, debería respetar que mi esposo tiene un lazo, un marido, dos hijos y una panza gigante.

-Entiendo. -Habla algo bajo, casi como si estuviera sintiendo la intensidad de mis palabras y lo puedo entender, a fin de cuentas es omega y siempre va a bajar la cabeza cuando un alfa tenga una actitud como la mía.

-Lo siento, no es contigo, solo...

-Entiendo, para ustedes los alfa, el rechazo es diferente. Entiendo que te molestes, a mí tampoco me gusta Marcos pero vivía al lado con sus padres cuando Erick y él eran pequeños. Nunca pasó nada, sabes que mi cachorro es el antialfas personificado pero tampoco es un secreto de que es un omega precioso y siempre tuvo muchos chicos detrás.

-Daysi...no estás ayudando al decir esto. -Casi gruño mi respuesta pero esa información había logrado colarse en mi médula espinal, haciendo que fuera más difícil de controlar mi enojo.

-Solo quiero decirte que Erick nunca le prestó atención, nunca Joel y ahora menos lo hará.

-Pero míralo, mira a ese idiota como lo ve, puedo sentir en mis huesos su deseo de tomar lo que es mío, Daysi, Erick es mío y no voy a permitir que nadie más lo tenga. -La posesividad ya no tenía como controlarse, ese alfa estaba demasiado cerca de mi omega, tanto que lo podría besar si así quería. Ese solo pensamiento me volvió loco y no me detuve cuando mi suerga quiso hacerlo. -Aleja tus garras de mi omega si no quieres perder tus dientes. -Gruñí al segundo en que llegué a su lado. Erick abrió los ojos de par en par y pude sentir su temor a través de nuestro lazo pero gracias a Dios se separó enseguida de ese idiota.

-¡Hey! Tranquilo, yo solo est...

-Cállate jodida mierda. No te atrevas a hacerte el gracioso porque puedo ver tus intenciones. Si no te arraqué la cabeza del cuerpo antes, fue porque no es mi casa y mis hijos están acá pero no tientes a tu suerte, puedo pasar por alto todo y hacer lo que tengo ganas. -Él quería mantener su posición altanera e imperturbable pero no podía engañarme, no cuando su lobo bajaba la cabeza ante la amenaza del mío.

-Joey... -Erick jadeó asustado a mi lado, no estaba acostumbrado a verme así y me daba pesar por él pero tenía que entender que también había aportado a que ese tipo quisiera pasarse de listo.

-Nunca en tu vida vuelvas a acercarte a Erick porque no repito dos veces lo mismo. -Ignoré la súplica de mi esposo, ignoré como su manito intentó tocar mi brazo, ignoré las lágrimas que sus ojos comenzaban a soltar pero estaba enojado, él estaba muy plácidamente riendo y permitiendo que ese otro le coqueteara y yo no iba a solo dejarlo pasar.

-Joey por favor...

-Y tú...piensa bien antes de volver a permitir que otro alfa te coquetee porque no quiero estar con un omega que se deja engatusar cuando su marido está justo al frente.

Smell ll JoerickWhere stories live. Discover now