Capítulo 13. Sentimientos

800 75 23
                                    


Erick

Él tuvo que ir a su casa a buscar ropa nueva, llevaba tres días acá y aunque realmente ha pasado más tiempo desnudo, un cambio no le haría mal. El problema era que no quería dejarme solo debido a mi olor y además, su posesividad estaba muy a la vista, lo entendía, yo tampoco quería que se fuera pero era necesario, aún quedaba un día de mi celo y necesitábamos pasarlo juntos. Caminé hasta la ducha con algo de trabajo, mi cuerpo era un desastre de marcas, moretones y mordidas, eso sin mencionar que mi trasero estaba irritado y tan dolorido que a penas y podía moverme.

-¡Dios!

Chillé al entrar bajo el agua caliente de la regadera, mi cuerpo ardía por todos lados pero no me quejaba, había disfrutado cada momento como si fuese el último. La forma en la que él se apoderaba de mí era casi mágica, sus besos eran tan tiernos, posesivos, desesperados, era todo en una sola acción y yo me sentía feliz. Mientras el agua limpiaba mi cuerpo de fluidos, yo solo pensaba en los recuerdos de los días anteriores, tanto que evité esto, tanto que me reprimí a mí mismo y al final estoy aquí, suspirando por las sensaciones bonitas que me causa haberme entregado a él.

No me arrepiento de nada y se que cuando pase mi celo no será diferente, siento en mi alma cada pizca de felicidad, esa felicidad que nunca antes alcancé. Cuando entra en mí, cada vez es un mundo nuevo, una oportunidad para confirmar que estoy en el lugar correcto, con la persona correcta. Cada caricia de sus manos es un desafío a mi estabilidad emocional porque logra derribar toda barrera. Estoy enamorado de él y ahora entiendo lo que me dice siempre mamá, es inexplicable y tal vez imcomprensible pero cuando encuentras a la persona correcta, lo sabes.

Un chillido bajito sale de mi garganta cuando intento lavarme en mi lugar, duele como el infierno y tal vez es masoquista de mi parte pero no cambiaría nada, ha hecho tanto estrago en mí de la mejor manera posible y estoy muy feliz por ello. Si mi yo de hace dos semanas me viera ahora, suspirando de dolor, enamorado por el alfa más guapo que haya visto jamás, me golpearía hasta verme muerto pero no puedo evitar sentirme así y realmente estoy conforme con lo que hemos vivido los últimos días.

Es raro sentir que lo extraño cuando hace menos de una hora que se marchó, es casi cómico pero mi pecho está apretadito, lo necesito aquí. Tengo miedo de que otro omega quiera robarse a mi hombre o que alguien le haga daño, quiero que siempre esté a mi lado sin importar lo que pase. Termino mi ducha y me envuelvo en una toalla grande, estoy agotado y realmente me duele el cuerpo, me ha anudado cada vez que me ha tomado y lejos de sentirme asustado, estoy bien, se que hay muchísimas posibilidades de un embarazo pero no me importa, con él podría tener miles de cachorritos si así lo desea.

La cama luce como lo que necesito justo ahora, así que sin más vueltas me dejo caer para descansar. Su olor permanece en las sábanas, quitamos las anteriores porque estaban llenas de restos de nuestros encuentros múltiples pero su esencia sigue ahí, de cuando estuvimos abrazados sin hablar, hasta que se fue. Su aroma es hermoso y a pesar de que sigue siendo un misterio, creemos que su mordida hizo algún clic en mí para brindarme la bonita posibilidad de sentirlo, no me interesa no poder oler algo más, con saber que puedo captarlo a él, estoy feliz.

-Hola bebé. -Siento su voz lejana y algo diatorsionada pero abro los ojos enseguida, me había dormido.

-Hola mi alfa. -Soy un perezoso de primera pero sentir su rico aroma junto con ese besito en mi frente, hace quiera permanecer remoloneando como un gatito.

-Hueles rico. -Habla bajo mientras pasa su nariz por mi mejilla y yo suelto un gemido que no es sexual. -Mi pequeño omega tomó una ducha.

-Sip... estaba muy cochinito.

-Mi cosita sucia, pequeña lobita sucia. -No se si es muy normal que me excite que me hable en femenino pero justo ahora, todo mi cuerpo arde en llamas.

-No me hables así, alfa malo. Me duele todo pero me dan ganas de entregarme pero no puedo, estoy lastimado. -Es cierto, me duele el cuerpo entero y más mi intimidad.

-Lo siento bebé, es mi culpa por ser tan rudo.

-Bueno, si pero a mí me gusta mucho.

-Pero te hago daño, por eso quería esperar a que pasara tu celo.

-Si pero a mí me gusta, de verdad me gusta mucho, solo que bueno...yo nunca había...

-Lo se y por eso más aún debí cuidarte, aunque debo decir que moriría si hubiese habido alguien antes de mí. -Sus últimas palabras no pierden el toque adorable y tierno pero si que adoptan un matiz posesivo que me encanta pero también me hace pensar.

-Yo no puedo decir lo mismo, tú si habías tenido más omegas antes de mí. -Mi corazón se comprime un poco, se que lo que siente por mí es real pero me angustia saber que otros cuerpos disfrutaron de lo que me hizo a mí.

-Bebé...

-Es verdad, se que ustedes como alfas, no son como nosotros que por lo general solo nos entregamos a una persona en la vida pero mi pecho duele. -Y era cierto, mi loba estaba encogida en una esquina de mí, lamentándose casi inaudiblemente.

-Lo siento...no sabes cuanto lo siento. -Su lobo realmente se sentía mal, podía sentirlo gracias a nuestro lazo pero yo no quería ser uno más en su vida, quería que fuera solo mío.

-Yo quiero que me tomes ahora, quiero que me hagas olvidar lo mal que me siento al saber que le perteneciste a alguien más. Necesito sentir que eres mío de la misma forma en que yo soy solamente tuyo y no importa si me duele, si me lastimas, solo quiero que me demuestres que soy mucho más que solo un omega en celo para tí.

-Pero... bebé... estás lastimado. -Yo me subí sobre él, a horcajadas en su regazo, frotando mi lastimada sexualidad pero quería que supiera que estaba hablando en serio.

-Más me lastima pensar que en algún momento, otra persona fue tu dueña. Tómame ahora, Joel, tómame hasta que me hagas sentir que solo me perteneces a mí.

-Bebé...¿Por qué lloras?

No me había dado cuenta de mis lágrimas hasta que lo mencionó. Estaba sobre él, profundamente excitado y ansioso por ser tomado pero no podía parar de llorar. Era tan extraño todo, tenía los sentimientos tan a flor de piel y una sensibilidad tan marcada que casi era risorio. Hacía poco más de dos semanas estaba sintiéndome libre de cualquier lazo, orgulloso de mi ausencia de amor pero ahora estaba encima de mi alfa, siendo vulnerable y patético.

-No quiero que me abandones, no...no me abandones. -Sollocé sin evitarlo, no podía controlar el sentimiento y él me atrajo a su cuerpo, firme y delicadamente.

-Escucha...-Habló en un susurro hermoso y pegó sus labios a los míos. -Yo estoy enamorado de tí y no me importa si no ha pasado nada de tiempo, desde el primer segundo en que nos vimos, supe que iba a amarte para toda la vida. Voy a estar a tu lado en cada paso que des y voy a hacerte el chico más feliz del mundo en cada momento. Esa marca significa que eres lo más precioso y preciado que tengo, eres mío y yo soy tuyo. Mi corazón late al ritmo de tus latidos porque somos uno en dos cuerpos distintos. No pienses en los cuerpos que toqué mientras te esperaba, piensa que desde la primera vez, no habrá ningún otro que vaya a tocar porque soy solo tuyo y es para siempre.

Smell ll JoerickWhere stories live. Discover now