[04] Un alma translúcida

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Había muchas maneras de contactar con brujas

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Había muchas maneras de contactar con brujas.

Podías invocarlas, hablar con ellas en cualquier superficie cristalina, ya fuera en un espejo o lago invernal, evocar su esencia en un pentagrama... Winnie incluso había oído que una bruja en California había conjurado una puerta astral para ir al supermercado y, por error, había aparecido en Hong Kong. Puso los ojos en blanco, imaginando lo que diría su familia si ella cometiera semejante error: «Eres una irresponsable, Winnie». Lo clara que sonaba la voz de tía Agnes en su cabeza le ponía los pelos de punta.

Había decidido hacía tiempo que prefería dejarles todos esos métodos a las películas otoñales; ella prefería hablar con las brujas de su familia por teléfono.

Su prima Evanora descolgó la llamada al tercer tono.

—¿Winnie? Oh, ¡Winnie! —exclamó al oír su voz. La muchacha supo que estaba saltando de alegría—. ¡Cuánto tiempo! Tienes que decirme cómo va todo. ¿Qué tal estás?

—Bien, bien —respondió esta entre risas—. Lo normal, ya sabes. Clases nuevas, profesores nuevos, gente nueva... Todo es nuevo, pero me gusta. Creo que me ha venido bien salir de mi zona de confort.

—¿También chicos nuevos?

Pese a que Evanora no pudo verlo, Winnie enrojeció. Cotillear le venía de familia.

—También —dijo tras aclararse la garganta. Sacudió la cabeza al oír risas al otro lado de la línea—. Aunque llamaba para pedirte consejo, no para contarte eso.

—Dispara, prima.

Era uno de esos escasos momentos en los que Odette no estaba en la habitación. Winnie sabía que no tenía mucho tiempo, que en cualquier momento su amiga volvería de la biblioteca, de clase o de cualquier otro sitio, y entonces su privacidad se habría acabado. Y aquella no era una conversación que pudieran escuchar oídos ajenos.

—Es sobre mi compañera de cuarto —comenzó, mordiéndose el labio inferior—. Se llama Odette y perdió a su hermana gemela hace unos años. Según nos ha contado, desapareció en el bosque.

—Revivir a los muertos no está permitido —se adelantó Evanora.

Winnie puso los ojos en blanco.

—No pensaba hacerlo —replicó—. Yo también pensaba que estaría muerta, como sería lo más normal, pero Odette dice que sigue viva, vagando por ahí, y quiere encontrarla.

Se hizo el silencio. Podía escuchar a Evanora respirar pesadamente, casi como si estuviera pensando demasiado la respuesta. Terminó por deshacerse en un suspiro.

—No entiendo por dónde vas.

—Quiero ir a buscarla —soltó de sopetón— y encontrarla.

—Si desapareció hace tanto tiempo, las probabilidades de que no esté...

—No es solo su hermana, Evanora —murmuró Winnie, sentándose en la cama y sacando de debajo su libro de hechizos—. Son gemelas; tienen una conexión especial. Si Odette afirma que sigue viva, yo me lo creo.

Vivir a contraluzWhere stories live. Discover now