Capítulo 16

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—¿Que sabes lo que soy? —preguntó Edén totalmente intimidada ante la situación y ante sus penetrantes ojos azules—. ¿Qu-que s-soy? —tembló ante el acercamiento del chico.

Este entrecerró los ojos intentando mirar algo más allá, como si intentase comprobar si lo que la chica decía era verdad o simplemente fingía para no tener que lidiar con él.

—Percibo tu aura, la percibí desde el mismo instante en que te vi llegar, no dejaba de analizarla, quería saber si lo que pensaba era cierto y estoy seguro de que eres bisiesta. Por eso no dejaba de mirarte y analizarte.

Edén se quedó boquiabierta. ¿Acaso había dicho que ella era una bisiesta? ¿Esas anomalías que eran peligrosas y que debían ser erradicadas?

—Te equivocas. —dijo algo aturullada, pues sabía que él mentía para hacerla enfadar—. Soy humana.

Él sonrió levemente.

—¿Crees que te acusaría de algo así si no tuviese suficientes pruebas? Vi tu aura el primer día que llegaste. Al principio me dije "Puede ser el aura de un humano simple sin poderes", pues ya había visto a uno con un aura parecida a la tuya, pero este nunca desarrolló sus poderes. ¿Recuerdas la clase de gimnasia? ¿Crees que la verja estaba abierta de casualidad? —El muchacho hizo una pausa para ver la reacción que estaba teniendo la chica, ya que este pensaba que ella ya lo sabía. —Yo puse todo ahí, yo quería ver si tus poderes se accionaban estando en peligro de muerte, pero ¿sabes qué es lo peor? ¡Que mi plan fracasó! No usaste tus poderes, ¡estuviste a punto de morir!

Eso era mentira. Ella había estado a punto de morir, pero había logrado esquivarlo... Y aquí es cuando las respuestas llegaban a su cabeza. Todas las preguntas que había tenido estaban siendo respondidas una a una, pero nuevas preguntas reemplazaban las anteriores.

—Fuiste tú —dijo en un suave hilo de voz—. Tú impediste que cayese ahí.

El muchacho asintió.

—Eres más lista de lo que parece.

—Pero no los utilicé. Eso significa que soy humana, no soy eso que dices que soy. —rebatió Edén con el corazón a mil.

—¿Sabes lo que es un bisiesto? —preguntó el muchacho esperando que la respuesta no fuese negativa.

—Sé lo principal. —terminó la chica intentando que no pareciese que no sabía nada de nada, aunque en realidad así fuese.

El chico entrecerró los ojos.

—¿Sabes? Al principio me dije "Kain, no es ella. Es una simple humana", pero siempre que podía miraba tu aura y seguía viéndola distinta al otro chico que conocí. Lo que descubrí sin querer es que, el mirarte, acosándote prácticamente, y mi actitud prepotente hacían que tu aura cambiase. Hasta que el otro día pasó. —hizo una pausa. Edén aún intentaba recopilar todo lo que el muchacho decía mientras le alentaba a seguir—. Esa vez fuiste tú, yo no paré el tiempo, tú lo hiciste.

Edén recordó el momento en el que, enfadada por que le siguiera, consiguió parar el tiempo, y además este afirmaba que así había sido, pero una duda la carcomía.

—Pestañeaste. —dijo sin más—. Si lo hubiese parado yo, lo hubiese parado para todos. —El corazón se le saldría de un momento a otro.

El muchacho, sin previo aviso, se echó a reír.

—¿Crees que esto lo estoy haciendo yo? —preguntó mirando a su alrededor. Las personas parecían maniquíes, como si el mundo se hubiese detenido, pero a ellos no les había afectado—. Eres tú la que está usando su poder sin siquiera notarlo.

LOS DIURNOS: Durante las horas del díaWhere stories live. Discover now