Capítulo 31

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—Edén, ¿estás bien? —oyó decir a lo lejos a la directora.

Edén abrió lentamente los ojos y descubrió que seguía en la sala en la que le habían hecho la prueba.

—Cariño, puedes marcharte si quieres, tenemos datos suficientes para creer que puedes ser diurna, pero aun así queremos asegurarnos.

—¿Qué ha pasado? Yo... —titubeó.

—Era parte de la prueba, ¿sueles sentir picores y cansancio normalmente en horario nocturno? —preguntó mientras tecleaba algo en su ordenador.

—Eh... yo... —comenzó a decir algo trastornada—. Sí —mintió.

—Tranquila, puedes ir a tu habitación, todo saldrá bien.

Edén se dirigió rápidamente a su habitación y comenzó a buscar de nuevo, su habitación comenzaba a parecer una leonera. Cogió su móvil y quiso llamar a Kain, pero invadida por el miedo, no lo hizo.

Edén buscó durante por lo menos media hora en su habitación, pero no encontró nada.

—¿Estás bien? —preguntó una voz a sus espaldas.

Kain se acercó a ella y la abrazó. Esta, aún seguía algo aturdida y no le correspondió el abrazo.

—¿Qué ha pasado aquí? ¿Ya ha acabado la prueba?

—Estoy buscando algo, ¿puedes dejarme sola? —La muchacha seguía revolviendo sus cosas.

—¿Estas buscando lo que te... —comenzó a decir Kain tras observar el desastre que la chica estaba montando.

—Bésame —interrumpió Edén.

—¿Cómo dices? —preguntó el chico sorprendido.

—Por favor, Kain, bésame —suplicó como lo había hecho la última vez.

—Estas muy rara, cuéntame que ha pasado, y dime si...

—Bésame, te lo ruego —Edén volvió a interrumpirle mientras se acercaba más a él.

—No voy a besarte ¿por qué haría eso? Tienes novio... yo sé que quizá puedo ser atractivo, pero... —el chico seguía hablando antes de percatarse de una cosa—. Crees que sigues en la prueba —afirmó.

—¿De qué hablas? —Edén se agachó para buscar debajo de su cama, pero Kain la sujetó del brazo y la hizo levantarse.

—Es esto lo que estás buscando —La guio hacia una pequeña tabla suelta que había dentro de su armario. Sacó un papel de allí y se lo tendió—. Antes de que lo abras, te diré lo que pone.

Edén le miró y esperó su respuesta.

—El significado de mi tatuaje —hizo una pausa para mirarla fijamente—. A veces echo de menos estar despierto de noche, por eso las lunas —finalizó.

Edén suspiró y esperó que en el papel pusiese justamente eso, cuando lo abrió y lo leyó, se le escapó un quejido. Kain rápidamente fue a abrazarla.

—Kain —sollozó en su hombro—. Pensé que me descubrirían.

—Tranquila, cuando yo salí me emparanoie durante muchos días, sabía que el truco del papel serviría. —hizo una pausa para mirarla a los ojos—. Aunque me gustaría saber por qué me suplicaste que te besara.

Edén le miró fijamente y esbozó una leve sonrisa.

—En la alucinación tú me besabas. —hizo una pausa—. Tú me dijiste que se meterían dentro de mis recuerdos, todo lo que el Kain de la visión hacía, era porque yo lo quería. Pensé que pidiéndote algo que tú nunca harías descubriría si seguía en la prueba o no.

LOS DIURNOS: Durante las horas del díaWhere stories live. Discover now