Capítulo 24

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Edén se levantó con muchísimo sueño, había estado toda la noche dando vueltas en la cama pensando en todo lo que había cambiado su vida en unos pocos días. En un momento deseó aprender a viajar en el tiempo para evitar la muerte de su madre. Sin lugar a duda, la obligaría a quedarse con ella esa noche. Pero más tarde, palabras de algunos profesores resonaban en su cabeza ¿Merecería la pena cambiar un momento por la vida que actualmente conocía? ¿Estaría dispuesta a renunciar a la vida que tenía ahora?

Edén tenía la respuesta clara. Renunciaría a todo por volver a tener a su madre entre sus brazos.

Se vistió entre bostezo y bostezo. Estaba demasiado cansada para tener clases. Por un momento quiso volver a la cama, pero un leve pensamiento le hizo recobrar la realidad.

Derek.

Le gustaba muchísimo, sentía una conexión con él, nunca le había pasado y eso le gustaba. Aunque no saber si ese sentimiento sería correspondido, le dolía.

Sentía que Derek era como ella, pero en chico. Tenían el mismo humor y unos gustos muy parecidos, además de que la química sexual se podría palpar en el ambiente. Desde aquel beso interrumpido, no había dejado de pensar en él. Y con todo lo que estaba pasando, el único punto de realidad que tenía era él.

Se dirigió lentamente a la cafetería, pensando en faltar a la primera clase y tomarse el desayuno tranquila.

—Pareces cansada, bicho raro. —Derek se sentó frente a ella y esta sólo pudo esbozar una leve sonrisa.

—Tengo sueño —bostezó mientras se llevaba una mano a la boca.

—¿Por qué no te has quedado durmiendo? Pareces demacrada.

Edén se encogió de hombros. —Supongo que quiero pasar el curso.

—Los exámenes son muy fáciles, no te preocupes por eso, creo que te puedes permitir ese lujo.

Edén negó con la cabeza lentamente —Además, me apetecía hablar contigo.

El chico la miró sorprendido antes de sonreírle de manera tierna.

—¿En serio? —preguntó mirándola fijamente a los ojos.

—Sí, pero no te hagas demasiadas ilusiones.

Ambos comenzaron a reír, y en un momento su cansancio pareció desaparecer.

—¿Quieres que hagamos pellas? —preguntó Derek a la rubia mientras esta sorbia un poco más de su café—. Bueno, es verdad... quieres pasar el curso...

—Siéndote sincera, no estoy para prestar atención a ninguna clase... —Edén contestó rápidamente. Si bien era cierto lo que acababa de decir, la verdadera razón era que quería pasar más tiempo junto a él.

—¿En serio?

Edén asintió rápidamente antes de sorber un poco más de su café.

—Podemos dar una vuelta por ahí y hablar —decía mientras mordía un poco más de su tostada.

—Me parece bien, cuando terminemos de desayunar, y así si quieres te despejas antes de ir a clase.

—Me parece genial.

Ambos terminaron de comer y se dirigieron hacia la salida. Edén echó una vista rápida hacia la mesa donde se sentaba Kain, y lo vio ahí sentado sin prestarle ningún tipo de atención.

—¿Estás bien? —preguntó Derek tras observar que la muchacha se había quedado más tiempo del necesario mirando hacia algún lugar que él desconocía.

LOS DIURNOS: Durante las horas del díaWhere stories live. Discover now