Capítulo 15

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Vanessa

Mis vías respiratorias se sienten livianas.

Mi cuerpo no puede evitar temblar, mis manos siguen atadas y Bean no ha regresado, mi mente trae una y mil explicaciones pero ninguna es la que quiero, desconozco si Missael habrá notado mi ausencia y me alegra que no haya despertado cuando aún estuve allí.

Esta familia y sus mentiras no terminan, el como uno ensucia al otro sin remordimiento es tan egoísta que agota pensar en ello.

Una gran puerta permanece cerrada frente a mi, necesito sacar mis pies del agua lo más pronto posible pero mi cuerpo no reacciona a mi llamado.

Permanezco frente a una puerta, este lugar es pequeño y de madera, no se puede escuchar mucho y la garganta me pesa como para poder gritar por ayuda, sin embargo eso no me limita de intentar moverme, si me quedo asi mas tiempo no creo que algo bueno vaya a ocurrir.

Mi mente no deja de divagar en el porque he terminado así, que he hecho y porqué este es el castigo que recibo, Diana no hizo nada más que joderme la vida arrebatándome detalles preciados, tanto así que me atrevería a jurar que si me hubieran dejado Lisa no sería la que tendría las manos envuelta en esto.

Intento remojar mis labios con mi lengua, el sabor que tengo es peor que amargo, el silencio es molesto, no puedo dejar de pensar en mis estudios y esperanzas que tengo para un futuro, el ser una gran profesional en mi área, demostrarme a mi misma que puedo y siempre pude, que nada de lo que ha pasado podría detenerme y que sin importar qué siempre estoy dispuesta a sacar la cabeza del lodo luego de haber jugado con el.

Si no es en Londres será aquí, si no es aquí será en otro lugar pero de que llego es seguro. Por mi, porque me lo debo y porque mi alma me exige el poder ver ese reflejo de mi misma orgullosa de la mujer que he decidido ser, tomé las riendas de mi vida y hace tiempo que ha sido hora de que sepan quien soy, que se enteren que Vanessa Dolan no es ninguna muñequita que moverán a su antojo, tengo vida, luz y voz propia.

Noto como gira la manija de la puerta dejando ver una sombra alta que entra sin tardar en llegar a mi, <<Quiero agua, tengo mucha sed y la cabeza me duele como si me hubiera golpeado con algo>>

—Ya te saco de aquí — me carga contra su pecho.

—Brad, tengo sed.

—Ya te daré algo de tomar, lo siento mucho.

—No creo que vaya a poder caminar.

—Lamento esto.

Me deja dentro del auto y puedo ver el apuro en su rostro, está nervioso, asustado y mi piel no deja darme escalofríos.

—Brad tranquilo, yo te pedí dejarme sola.

Se remueve el abrigo crema que lleva puesto para dármelo.

—Y por eso pasó esto, no debí hacerlo, cuando Pitt se entere...

—Pitt no sabrá de esto, no puede.

—Debe hacerlo.

—No lo hará, esa mujer solo quería asustarme y no lo logró, llévame a mi casa y olvidemos esto.

—Vanessa.

—No lo hará, si lo hace los dos estaremos en problemas y lo último que quiero es que meta más gente a mis espaldas o intente encerrarme, estoy bien, nada me pasó y tampoco lo hará.

—Esto no hubiera pasado si no fueras tan terca.

Me lamo los labios, me duelen y puedo sentir lo bruscos que están.

Acercándome a lo prohibidoWhere stories live. Discover now