Bang Chan se creía un chico malo.
Hasta que su corazón comenzó a ser conquistado por un chico que desborda ternura.
―Soy el tipo de chico por el que tu mamá lloraría.
―¡Hyung, no haga llorar a las señoras!
⌯ bangchan top, felix...
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Las vacaciones comenzaron, y con ello la pareja comenzaba a acostumbrarse a la vida juntos. Pocos días han pasado, pero ambos sienten esa emoción y nerviosismo de vivir con su pareja. Los días han sido tranquilos, pero eso cambió cuando los síntomas del embarazo se volvieron más evidentes.
―Hyung, quiero comida.
Bang Chan tomó su celular para ordenar algo, había despertado un poco tarde pero aún así pensó en pedir un desayuno―. ¿Qué tal unos panqueques?
―No se me antojan.
―¿Sopa de algas?
―Tampoco.
―¿Bibimbap?
Otra negativa del menor fue la respuesta. Ahora Felix era muy difícil de complacer con la comida, en cada comida era lo mismo. Bang Chan no tiene problemas con esto así que deja que el menor elija para evitarse todo eso.
―¡Ya sé! ―indicó el menor―, quiero panqueques.
Bang Chan solo suspiró ya acostumbrado a la situación e hizo la orden.
Otro de los síntomas que Felix ha comenzado a experimentar le parece tierno y divertido al mayor, más que otra cosa.
―Hy...hyung.
Bang Chan levantó su vista y bajo su vista hasta el rostro del menor, el cual estaba recostado en su pecho. Este estaba con una expresión triste y llorando―. ¿Qué pasó, bebé?
―Una ho...hormiga.
―¿Te picó? ―Intentando contener su repentino llanto y secando sus lágrimas en la camisa del mayor Felix negó―. ¿Entonces?
―E..e...estaba en la...la mesa y...
―¿Y?
―¡No se pudo llevar la mi..migaja ella soli..lita!
Y su llanto comenzó otra vez. Bang Chan estaba congelado intentando procesar lo que Felix acababa de decir y cuando al fin logró entender que sucedió solo sonrió y lo abrazó. Esto es algo que le recordara toda la vida, que tan sensible se puso durante el embarazo.
Unas cuantas caricias más y el menor ya se encontraba mejor, ya no lloraba.
Quería reírse muy fuerte por este tipo de cosas ya que le resultaba cómico y tierno, pero sabe que al hacer eso el llanto regresaría así que mejor guardó silencio.
―Cariño, recuerda que hoy viene Jisoo.
Como si no hubiera llorado hace un momento Felix se soltó del mayor y sonrió―. ¡Lo había olvidado!
Sin perder tiempo comenzó a ordenar la sala, aunque había muy poco desorden, intentaba hacer espacio ya que la visita de Jisoo se debía a que traería ropa de bebé para que pudieran elegir.
