capítulo 8: Un dulce aroma

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El día jueves era el único día en el que Selever iba a trabajar en el arcade compartiendo horario con Kapi ya que ese día su entrada a clases era a las diez de la mañana y le daba tiempo suficiente para acabar sus tareas. Sin embargo, esto no era algo que le emocionaba, era una sensación satisfactoria el poder levantarse una hora más tarde a la que se levanta los días de clases regulares, ya que esos días debía ir al arcade al menos dos horas antes y así acabar sus tareas antes de entrar a sus clases. Lo pesado de ese día era saber que tendría que pasar horas con él sabiendo que éste había tomado de su sangre y se empezaría a acercar más de lo normal gracias al encanto de aquel hechizo. Afortunadamente para el menor de los dos podía usar la excusa de estar ocupado y no tener tiempo para hablar solo para no tener que ver al felino hasta saber cómo cortar lazos con él.

Era estresante y a la vez le preocupaba que el felino empezará a dar más de sí mismo solo para complacer al albino. Sentía que si merecía un esclavo pero uno que esté dispuesto a cumplirle sus exigencias y no alguien que esté forzado a hacerlo.

Para su suerte cuando estaba en la última clase recibió la noticia de que las clases del día viernes serían suspendidas por una junta de maestros y tutores del instituto. El primero en aliviarse por esto fue el demonio de ojos blancos ya que moría por pasar un viernes tranquilo, tal vez quedarse en el arcade después del trabajo para despejar su mente, tampoco sería una mala idea hacer una travesura antes de irse del instituto y no volver hasta el lunes. Antes de retirarse fue a uno de baño esperando que aún los tuvieran abiertos y al entrar soltó varias figuras de dinosaurio hechos esponja para que crecieran dentro del retrete y para mañana quedará tapado, sabiendo que ese era el único baño que se mantenía abierto durante las juntas de profesores. Con suerte el profesor que le bajó puntos al exponer por arrojarle una regla al alumno sentado atrás que le decía que no se oía su voz hasta donde él estaba.

[***]

— No puedo creer que me acompañaras al trabajo — El de apariencia gatuna entraba al arcade junto a su amigo de melena naranja levemente apenado de que lo vieran junto a él.

— No hay nada que hacer hoy en el depa y soy mi propio jefe así que puedo salir de vez en cuando a pasar tiempo con mi mejor amigo — Obviamente Pico no era del todo sincero, realmente sus amigos salieron a divertirse y no les dio tiempo de recogerlo. Para no pasar el día solo comiendo chatarra decidió salir con kapi.

— ¿Que hace Selever aún aquí? Se le hará tarde para ir a clase — Al ver una silueta alta con cuernos llevar unas cajas llenas de repuestos al área de servicio trasera no pudo evitar acercarse a él a paso nervioso ya que, por alguna razón, sentía que este estaba molesto con él.

— Yo jugaré a la garra mientras ustedes trabajan — Alzó levemente su voz al notar como su acompañante se alejaba de él para ir con su compañero de trabajo hacia el área trasera pero no sin antes darse la vuelta para despedirse del peli-naranja con la mano.

Ahora que el felino había entrado al área de servicio y veía al más alto acomodar las piezas de repuesto en los estantes notó algo que antes no era tan obvio para él. Selever soltaba de su cuerpo un olor peculiar que era difícil de describir para el más bajo, ese aroma lo dejó paralizado y confundido.

— "¿De verdad huele así? Es una combinación entre el aroma de galletas recién horneadas y un aroma fuerte como la menta ¿Quizás es eso?... Cualquiera pensaría que es una combinación extraña y que es díficil de disfrutar un olor tan fuerte como este pero es bastante dulce y disfrutable. ¿Siempre ha olido así?"

¿Buscabas algo? — La voz del albino logro sacar al más bajo de sus pensamientos — Está bien que me quieras ayudar pero deberías empezar con tus tareas primero —  Rió entre dientes al notar que el más bajo no decía nada y solo pensaba que responder a su pregunta. Era algo tierno.

— Pen... Pensé que tenías clases a esta hora — Quería ser discreto y que el contrario no notará como aspiraba su dulce aroma.

Suspendieron mis clases para que los profesores tomen un día libre con la excusa de tener una junta — Explicó algo sarcástico en un tono de leve fastidio debido a que tenía tendrían la explicación para el examen de química y seguramente tendrán que investigar todo por su cuenta para pasar el examen — Pero yo me preocuparía más por la gran cantidad de dinosaurios en el baño de chicos — Susurro acercándose al oído del más bajo.

— ¿Dinosaurios?

— Solo te diré que el profesor que me quito mi celular tendrá que aguantarse hasta que llegue a su casa. A no ser que sea cierta mi teoría de que vive en un puente.

El albino logro sacarle un par de carcajadas al de pelaje grisáceo. No conocía ese lado tan bromista de Selever hasta ahora, era agradable.

Sigamos con el trabajo y luego me cuentas más — Entre risas Kapi le regaló una dulce sonrisa a Selever en señal de tranquilidad al darse cuenta de que todo estaba olvidado y que el menor había superado, por ahora, el resentimiento hacia él — Puedes quedarte conmigo y Pico después de que acabemos nuestras tareas.

— Mientras no me siga de nuevo a casa no habrá problema — Su expresión cambio a un gesto de incomodidad, arqueando la ceja y cruzando sus brazos mientras mantenía una sonrisa algo forzada.

— ¿Fue a tu casa? — No pudo evitar sentirse apenado por las acciones de su compañero.

— No creo, pero si se apareció allí ayer y me dejó el número de un abogado y una nota que decía "por si el gato se te lanza de nuevo". ¿Cómo sabe dónde vivo?

Prometo que no se repetirá — Estiró su mano hacia el hombro del más alto para posarla ahí con delicadeza en un gesto que hizo sentir más relajado al albino mientras el aún moría de vergüenza.

Esta vez quien empezó a reír fue Selever, seguido de esto le entrego al apenado felino la lista de sus pendientes del día y se retiró para seguir con sus labores ya que apenas empezaba el día y si quería tener tiempo para jugar videojuegos con Pico y Kapi debía terminar pronto. Había dejado solo a un gato avergonzado y confundido por el aroma que parecía haber quedado impregnado en la hoja de papel que Selever le había dado y que ahora tenía ese olor que desde que se topó con el demonio no había dejado de percibirlo tan cerca de él. No pudo evitar olfatear el trozo de papel al menos unos segundos para confirmar su teoría de que el olor era del demonio albino.

Te amo, olor a Selever — Dijo para si mismo liberando un suspiro prolongado — Maldición ¿Porque el aroma a galletas viene pegado al niño egocéntrico?

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Tengo una adicción a los olores dulces y a este shipp

Oremos para que Selever no se bañe okno
Perdón si este capítulo es muy simple solo estoy creando algo de relleno en la historia con la intención de acercar más a estos dos y que no peleen
Y para darles el chance de ser amigos antes de obligarlos a casarse
Perdón, hasta que decidan que están listos para casarse :>

Love like you do - Selkapi ♥Where stories live. Discover now