Selever es un joven demonio que vive con sus padres y si hermana Rasazy en un iglesia que realmente es un refugio para su madre quien se oculta tras las ropas de una moja con el único propósito de hacer que otros lleguen al cielo, pues ella no pudo...
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Mientras Kapi preparaba un desayuno ligero su tranquilidad era interrumpida por los quejidos de su compañero. Suaves cantos de pájaros se oían antes del escándalo los cuales ahora anhelaba que volvieran a hacerse presentes. Era entendible que se frustrara por los gritos provenientes de la habitación de Pico ya que no había dormido la noche anterior debido a que sus pensamientos parecían insistir por que no durmiera hasta el amanecer.
En toda la noche una sola idea se mantenía en su cabeza, y era saber si Selever terminaría rechazando sus sentimientos. Aunque seguía sin recibir una respuesta negativa a su confesión no podía evitar sentirse rechazado por la forma en la que Selever huyo de él.
— ¡Muero de Hambre! — Otro gritó en tono de fastidio exaltó al felino, lo cual casi provoca que derramara el jugo que estaba sirviendo en uno de los vasos de colores que Pico había "comprado".
— Te oi la primera vez — Se quejó somnoliento tras dar un suspiro, buscando calmarse para no darle su merecido a Pico.
—Entonces ¿porqué no haz traído mi comida?
Claramente este aún tenía que lidiar con la resaca de la noche anterior.
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— Ya me voy mamá
La voz de Selever fue escuchada por su madre desde la puesta trasera de la casa. La mujer dejó los platos recién secados en su sitio antes de ir donde su hijo a despedirlo. No le importaba demasiado la evidente prisa de Selever, lo único que quería era que este le diera un beso antes de salir, algo que la madre le ha enseñado a sus hijos. Siempre esperaba que todos en casa se despidieran antes de irse aunque fuera por poco tiempo y era algo que Selever planeaba hacer pero pareció olvidar por la prisa o al menos hasta que Sarvente se acercó y lo detuvo de los hombros.
— Ten un bien día, hijo. Diviértete con tus amigos y trata de volver temprano — Dicho esto con su típica voz serena recibió un beso delicado en la mejilla por parte del joven demonio.
— Eso haré mamá. Tal vez no vuelva para el almuerzo pero no llegaré tarde — explicó antes de salir por la puerta, misma que fue detenida por Sarvente antes de que Selever la cerrará ya que ella quería mirarlo mientras se iba.
