Capítulo 19

2.6K 263 285
                                    


Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


Una de las cosas que más me gusta de mí misma es que tengo una memoria fotográfica increíble. De un solo vistazo soy capaz de ver todos los detalles y repetirlos sin necesidad de volver a mirar.

Ahora, mientras estoy detenida frente a una habitación que no estaba destinada a ser descubierta, por un segundo odio mi buena memoria, porque sé que cada rincón se va a quedar guardado en mi memoria para siempre.

La luz ilumina la estancia y lo veo todo con claridad: la cuna de bebé en una esquina, el pequeño cambiador, la cómoda y todos los paquetes sin abrir. Hay una fina capa de polvo cubriéndolo todo, como si nadie hubiera entrado en esa habitación en los últimos meses. Quizá en mucho más tiempo.

Inconscientemente, doy un paso hacia el interior. No pretendo invadir su privacidad, pero es inevitable. Veo el móvil sobre la cuna, con sus conchas y sus peces estáticos, como si se hubieran detenido a medio camino de nadar.

A mi espalda oigo los pasos de Marcus y, como si estuviera obligándose a sí mismo a hacerlo, da un paso hacia el interior. Repasa con ojos vidriosos toda la estancia y un suspiro triste se le escapa.

—Hace un año que no pongo un pie aquí —murmura.

Siento deseos de darle la mano, de abrazarle o hacer cualquier cosa, pero en cuanto doy un paso hacia él, avanza hacia la cuna y pasa una mano sobre la superficie de madera pulida.

—No tienes que contármelo si no quieres.

Él niega con la cabeza y me dedica una débil sonrisa.

—Quiero hacerlo. Además, si no lo hago, sé que la curiosidad te impedirá dormir por las noches.

Fuerzo una sonrisa.

—Me conoces demasiado bien.

Marcus asiente, distraído, y roza el móvil con el dedo. El artilugio empieza a moverse, emitiendo una cancioncita suave que contrasta con su estado de ánimo.

—¿Recuerdas que, al principio de todo esto, te conté que hacía un año que había roto con mi novia?

Asiento.

—Fue por esto —me dice, señalando la cuna.

—No entiendo...

—Abigail se quedó embarazada y, aunque soy consciente de que soy bastante joven, también lo soy de que tengo una buena posición económica, así que tras sentarnos y hablar sobre ello, decidimos tener al bebé. Habíamos planeado casarnos tras el parto porque ella quería una boda por todo lo alto. No nos daba tiempo de hacerla en dos meses, antes de que el embarazo se hiciera evidente y ella se negó rotundamente a casarse estando demasiado embarazada porque no quería salir así en las fotos.

Frunzo el ceño. Una boda es un momento precioso, pero es evidente que ella estaba pensando más en la estética que en el acto de amor que es que una persona decida que quiere pasar el resto de su vida a tu lado.

CatfishWhere stories live. Discover now