CAPÍTULO 24

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Alejarme de Colin resultó ser más difícil de lo que creí; sobre todo, porque Eliot me obligaba a pasar más tiempo con los humanos para probar mi resistencia a la compasión.

Por lo menos, fueron normales las tres semanas que Colin se tomó de vacaciones. Aun cuando Erin se encargaba de darme información acerca de él; en teoría, estaba conociéndolo desde otro punto de vista.

Ella sabía lo que ocurrió entre los dos; le confesé mi secreto en un momento de confusión. No debí haberlo hecho, pero necesitaba desahogarme con alguien sin que un sinfín de recordatorios y advertencias me confundieran más.

❖ 

El primer día que volví a ver a Colin fue muy desconcertante. Me trató con profesionalidad indiferente. Yo era uno de los dueños del negocio, por lo tanto, no podía haber nada más que cordialidad entre los dos.

Con el paso de los días, su comportamiento me estaba desquiciando cada vez más; mis decisiones se estaban yendo por el caño. Tanto así que una tarde lluviosa entró a la oficina y lo seguí, cerré la puerta con cuidado para no llamar su atención y di una corta carrera para tomarlo del brazo y jalarlo a mí. Estaba confundido, pero no le di oportunidad de hablar y lo besé.

En cuestión de segundos, Colin me separó de él con agresividad.

—No quiero que juegues conmigo de esta manera —me advirtió muy severo.

—Perdón... Perdón, pero hacia tanto que alguien no se interesaba en mí que... —Sentí que me sonrojé por lo que le iba a confesar— creí que estaba condenada a no... —Di un respiro—. Me asustó tu interés por mí.

Colin estaba desconcertado.

—¿Quieres ir despacio? —me preguntó, ya con otra actitud más condescendiente.

Asentí tímida.

—Bien —dijo con una seriedad que se rompió con una sonrisa retraída, luego tomó mi rostro para besarlo con gusto, pero cuando estaba muy cerca de mí le dije:

—Eliot no puede saber de esto.

Su sonrisa coqueta desapareció. No entendió por qué tanto secretismo para con Eliot. No podía decirle la verdad, así que esta vez tuve que mentirle. Aunque estaba detestando hacerlo.

—Eliot es muy profesional y puede correrte por esto, o puede prohibirme trabajar aquí.

—Para ser Eliot solo un amigo tuyo, tiene mucha voz y voto en tu vida.

Reí nerviosa.

—Un poco. Dame tiempo para hablar con él de lo nuestro, ¿okay? —pedí con tono infantil.

—Está bien —cedió apretando los labios—. Aunque sigo creyendo que no tiene que meterse en tu vida.

—Colin, es complicado... Confía en mí, por favor. —Acaricié su mejilla, y se sintió tan bien.

—Bien, lo haré.

Iba a besarme cuando alguien tocó la puerta. Fue al escritorio rápido a sentarse para fingir que estaba trabajando; mientras tanto, me senté en el sillón para aparentar que estaba descansando.

Era uno de los empleados que necesitaba a Colin para autorizar una cancelación.

Nuestras miradas traviesas y confabuladoras no se separaron todo el tiempo.

❖ 

Los siguientes días fueron excitantes. Colin y yo buscábamos cualquier pretexto para ir a un lugar donde pudiéramos estar solos y besarnos como adolescentes. Y cuando Eliot tenía que salir a recolectar fuera de la ciudad, su ausencia de uno o dos días me daba la oportunidad para pasar la noche en el departamento de Colin.

El Recolector: Fuera de la vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora