2 [Mentir]

1.6K 160 26
                                    

¡Por favor, no se olviden de votar y, sobre todo, comentar!

😈

😈

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.



Veo pasar las pintorescas casa de Deeping Cross a través de la ventana. El pueblo luce inalterable. Siempre igual, casi perpetuo. Ajeno a las cosas que ocurren dentro de su bosque, ajeno a la maldición que azota a algunos de sus habitantes.

Paso saliva en seco y siento que la garganta se me cierra mientras lucho con las imágenes que me muestra mi mente.

—Si no estás lista, aún te puedes quedar conmigo... —murmura Kris, con voz conciliadora mientras gira el volante para ingresar en la última rotonda del pueblo.

—Lo sé —respondo. Me lo ha dicho—. Pero creo que debo volver.

—De acuerdo —responde y no insiste—. Cualquier cosa, puedes llamarme. ¿De acuerdo?

—Gracias —aparto la mirada de la ventana y le sonrío. Él quita la mano del volante por un instante y la apoya en mi rodilla para darme un suave apretón reconfortante.

Pronto, las casas de lo que es la primera rotonda, del círculo perfecto que es el pueblo de Deeping Cross, me envuelven con sus siluetas familiares y, a lo lejos, distingo la pintura desteñida, de color naranja claro, de la casa de mi tía.

Pronto, las casas de lo que es la primera rotonda, del círculo perfecto que es el pueblo de Deeping Cross, me envuelven con sus siluetas familiares y, a lo lejos, distingo la pintura desteñida, de color naranja claro, de la casa de mi tía

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

El beso de despedida Kris sobre mis labios aún perdura mientras veo las partículas de polvo que flotan en el ambiente con una calma envidiable, casi mística. Se translucen a través de los rayos brillantes del atardecer y dejan una estela de atemporalidad que combina con la casa avejentada.

Huele a viejo, a humedad y a bosque.

Suspiro y me sacudo las manos en los pantalones. Mis dedos dejan una huella sobre la tela negra. El ruido ensordecedor de las tuberías de la casa que se despiertan con sus crujidos luego de varios días sin uso me recibe. Algunos parecen chillidos de agonía, otros tétricos chasquidos de metales oxidados.

Me dirijo hacia la cocina. Más polvo. Paso mi dedo índice por la estantería de las especias y los condimentos, y dejo un camino en el descascarado barniz.

No sigas la música || ¡Ya en librerías! 📚💜Where stories live. Discover now