13. JIMENA

180 19 96
                                    

🎵Thinking About You- Big Scary🎵

AVISO DE CONTENIDO: en este capítulo se habla de una agresión sexual

Raisa y yo nos hemos citado en el Parque de Cabecera, que está a unas paradas de metro de casa (aunque he tenido que ir andando, porque me da miedo meter a Óscar en el transporte público) y relativamente cerca de la suya también. A papá le he dicho que he quedado para estudiar, que en el parque hay unas mesas de picnic la mar de cómodas y que tengo que aprovechar al máximo el domingo; espero que no le dé por investigarlo.

Estoy tan nerviosa que me puedo imaginar ahí a mi padre, agazapado en un matorral con una gorra y unas gafas de sol. Menos mal que mi perro viene conmigo. Suena absurdo, pero me siento más segura a su lado.

En cuanto entro en el parque con el corazón saliéndoseme por la boca debido al esfuerzo físico, la veo. Óscar es el primero en saludarla y la chica se agacha para darle un fuerte achuchón. Después, se acerca a mí y me da dos besos.

Hoy Raisa lleva una sudadera gigantesca con un estampado de girasoles, unos pantalones vaqueros negros y el cabello largo recogido dentro de un gorro de lana.

—Acepté a darte clases particulares de matemáticas, no a ir a una farmacia de guardia un domingo por la mañana, muchacha. Es increíble lo rápido que coges confianza —comenta, sentándose en un banco del parque y poniéndose unas gafas de sol que lleva en el interior del bolsillo de su sudadera, gesto con el cual le da aún más dramatismo a la situación.

—Es porque, aunque hayas intentado disimularlo con todos esos piercings, tienes cara de buena persona y la gente confía en ti enseguida.

—Esa es la gran cruz de mi existencia —esboza una media sonrisa. Después vuelve a rebuscar en su bolsillo y caja una bolsa pequeña de farmacia que me tiende en la mano.

—Me salvas la vida —suspiro, abriendo la bolsa para ver la cajita y después guardándola en el interior de mi mochila.

—Me has dicho que no es para ti, ¿verdad?

—Y no es para mí.

—Bien, así me ahorro darte la charla —dice Raisa—. No veas la bronca que le han echado a Isaac en la Farmacia por no haberse puesto la gomita... Una bronca muy bien dada, claro, pero no a la persona que tocaba. Encima que el pobre me ha hecho el favor de acompañarme...

—¿A cuánta gente le has hablado de tu misión secreta? —pregunto, preocupada porque la noticia vuele y llegue a los oídos de mi hermano.

—Solo a él, tranquila.

A nuestros pies, Óscar se remueve, inquieto.

—Podemos pasear un rato —comenta Raisa, así que nos ponemos de pie y empezamos a avanzar por el parque —. Joder con los ciclistas, está todo el parque lleno, madre mía.

Asiento. Nos movemos sobre una pasarela de madera que vértebra el parque. Está situada al lado de un estanque en el que se pueden alquilar barcas, aunque nadie lo haga a estas horas de la mañana. También veo a un pato en el agua, seguido por todos los patitos... pero todo nuestro trayecto está atravesado por los ciclistas y los ladridos que sacuden a mi perro cada vez que ve a uno de ellos.

—¿Sois novios, Isaac y tú? —pregunto, incapaz de contener mi curiosidad por más tiempo.

—¡¿Qué?! —Raisa para y se baja las gafas sobre el puente de la nariz para dedicarme una mirada cargada de indignación—. ¡No! ¡No! Solamente somos amigos.

—Ah... era solo una pregunta. ¿Tienes... pareja? —insisto una vez más.

—No, qué va.

—¿Habéis cortado hace poco?

Perdón por no ser Julieta  | Serie Cayetano #2Where stories live. Discover now