19. JIMENA

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🎵Fool- Little Red🎵

Desde niña siempre me he sentido fascinada por las películas o series protagonizadas por dos mejores amigas. La primera fue Tu a Londres y yo a California, con Lindsay Lohan interpretando a dos hermanas gemelas, y después todas las series de mi infancia en Disney Channel. Dos mejores amigas que permanecen siempre unidas de un modo incluso enfermizo. Hay muchas relaciones a su alrededor: familiares, intereses románticos... pero las mejores amigas siempre lo son todo la una para la otra. A mí, con mi núcleo familiar cambiante y mi nulo interés en tener una pareja, siempre me consoló saber que, pasara lo que pasara, Cata y yo nunca nos fallaríamos.

Pero, claro, yo fallé a su cumpleaños, y después ella me falló a mí y de repente estamos en una fiesta de cumpleaños y ella me ha pegado un puñetazo en la mejilla delante de todos. Aún siento la marca del golpe y la sangre invadiendo mi boca.

El golpe no ha sido como de película: de esos que van a cámara lenta y sirven solo para preceder un montaje lacrimógeno de reconciliación. No. Esto ha sido de verdad. Y yo me he abalanzado sobre ella con más furia de la que he sentido jamás y habría multiplicado cada golpe si no me lo hubieran impedido.

Lo que pasó en la piscina fue culpa tuya y lo sabes.

Todo esto ha sucedido de verdad.

Y no ha sido bonito.

Mientras Mencía se quedaba conmigo, Brianda ha permanecido al lado de Cata, que, según me ha contado, se ha marchado a casa en Uber. Las gemelas han sido las siguientes en irse. Imagino que me habré despedido de ellas, pero no consigo recordarlo.

Ahora, los amigos de mi hermano y yo hemos salido del local y nos encaminamos hacia el McDonalds más cercano. Como si fuesen dos guardaespaldas enemistados, a un lado tengo a Darío y al otro a Raisa.

Si hubiese sabido hablar cuando han propuesto lugares para ir, habría pedido que evitásemos el McDonalds, que por algo soy vegetariana, pero literalmente no recuerdo haber tenido esa conversación. Yo me he dejado llevar.

El McDonalds a las tres de la mañana está a rebosar de gente. Nos hacemos con una mesa enorme y todos, a excepción de Raisa, se marchan a decidir qué quieren comer. Ella está a mi lado, acariciándome el hombro. Si dice algo, yo no la escucho.

Darío llega poco después y se sienta al otro lado. Trae consigo una bolsa con hielo.

—Estoy bien —suspiro.

—Pero te ayudará a desinflamar la mejilla —insiste mi hermano, así que accedo y me coloco la bolsa.

—¿Se nota mucho? —pregunto. Raisa y Darío se encogen de hombros y eso confirma la peor de mis sospechas. Pues claro que se nota, con lo que me duele, lo raro sería que no se notara—. Joder, mi padre me va a matar, a ver cómo se lo cuento...

—¿Qué queréis de comer? —se levanta Raisa —. Voy a pedir.

—Una hamburguesa mini, que no tengo mucha hambre —contesta mi hermanastro.

—¿Y tú, Jimena?

—Pues unas patatas fritas, que es lo único que no tiene carne.

—Es verdad, no lo había pensado.

—No pasa nada.

Raisa asiente y se marcha a la cola con el resto. He dejado la bolsa de hielo, pero mi hermano la recoge y me la vuelve a colocar en la mejilla con delicadeza. Que no lo haga, que no lo haga, que no lo haga. Por favor, que no me abrace. Pero mi hermano lo hace. Pasa el brazo por encima de mi hombro y me estrecha contra él con delicadeza. Con su contacto, todo vuelve de golpe. Los ojos enfurecidos de Cata, sus lágrimas, su golpe, sus palabras: eres una hija de puta. Lo que pasó en la piscina fue culpa tuya. Eres una amiga de mierda. Dejo de ver y las lágrimas calientes se cuelan por mis labios. Me doy cuenta así de que estoy llorando. Por eso y porque Darío no me aparta sino que me acerca más y me atrapa con sus brazos. El hielo cae al suelo y yo abrazo a mi hermanastro, enterrando la cara en su hombro mientras él me acaricia la espalda rítmicamente. 

Perdón por no ser Julieta  | Serie Cayetano #2Where stories live. Discover now