DELTA || Freenbecky

Te estas buscando

-¡Freen!

-¿No puedo tener un sábado tranquila? - dijo, aunque en tono de broma, no le molestaba que esa chica estuviera allí.

-Con lo ocupada que estás dudo que sea así, está tan atestada de clientes- dijo, con una sonrisa falsa, haciendo un ademán al lugar, dónde con suerte llegarían a ser cinco personas haciendo sus compras. 

Freen se encogió de hombros.

-¡Noey! - la voz alegre de Irin, aunque rara para Freen, muy cotidiana para la alfa, hizo que ambas miraran a la sonriente castaña, que llevaba puesto un vestido violeta, del mismo tono que sus uñas, y corto para el gusto de Freen.

-Para usar eso porque no sales desnuda- comentó Freen, haciendo que la sonrisa en el rostro de Irin desaparezca.

-Calla- sintió un zape en la nuca por parte de Noey, frunció el ceño, algo molesta-, como si te vistieras tan bien como mí pequeña Irin- cubrió con un brazo los hombros de la castaña, quién volvió a sonreír.

Freen rodó los ojos, las chicas decidieron irse y Noey fue la única que se despidió, al menos de lejos, de la castaña, alegando que el olor a café le quedaba bastante bien.

No les dio mucha importancia a las chicas y volvió a ver las páginas de su libro, aunque no leía.

Había pensando y visto toda la mañana en lo que había en la televisión, no había terminado de escuchar todo, las charlas de los clientes le dejaron claro que esa tal Oaey había dado una descripción de Becky, su altura y peso, el color de su cabello y ojos, y lo que llevaba puesto la última vez que la habian visto;  para después describir a su forma de loba, aunque Freen creía que se equivocaba completamente, ella misma había visto lo adorable que era la omega en su forma animal, como una cachorrita de pelaje blanco que parecía de unos pocos meses, mientras que, por  lo que había escuchado, Becky cambiaba a una loba más adulta pero pequeña y algo delgada.

Y para su mala suerte, también ha dicho que la omega tenía más posibilidades de estar en ese mismo barrio.
También se había pedido alerta por si alguien llegaba a sentir el olor a manzanas y caramelo, propio de Becky.

Y cuando escuchó el tema del olor, Freen supo que estaba bastante jodida. 

Con todo su departamento apestado a Becky, que ya de por sí tenía olor fuerte, sumado a que ahora la chica estaba en celo y había incrementado, más que Freen ni siquiera tenía olor propio para al menos disimularlo, y que cargaba con el aroma de  la omega todo el día por dormir juntas toda la noche...Nada parecían estar a su favor.

Y por más que no quería tocar el tema, porque sabía que a Becky le provocaba temor, y que a ella tampoco le gustaba la idea de que ocurriera, era algo inevitable. 

Debía hablar con Becky de qué pasaría cuando ya no pudiera esconderla más. 

Terminó su turno y caminó más apurada de lo normal hacia el departamento, sintiéndose casi perseguida, aunque sabía que sólo estába siendo paranoica.