DELTA || Freenbecky

Collar

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Freen comprendió cuando Becky había dicho que conforme pasaban los días comprendidos debería tener más ganas de consolarse, porque durante el resto de la mañana, el mediodía y la temprana tarde no la había dejado separarse de ella ni para bañarse, aunque ella tampoco puso mucha resistencia. Aunque el baño quedó en segundo lugar, ya que también terminaron haciéndolo bajo la ducha, jugando con la espuma del shampoo, con risas y besos, hasta terminar con el cuerpo de Becky acurrucado contra el pecho de Freen, con esta acariciando su espalda en círculos y apoyando el rostro sobre la cabellera de la omega, inhalando su aroma.

-¿Sabes que conocí a tu hermano? - soltó Becky de la nada, haciendo que Freen tardara unos segundos en responder con un simple "¿Qué?" -. Heng Asavarid- agregó.

Freen asintió, por supuesto que sabía el nombre de su hermano.

-Me habló mucho de ti- continuó la omega-. Se ve que te extrañan bastante, te siguen esperando.

Freen tardó un segundo en suspirar.

-Que digas esas cosas no me hace sentir mejor o algo, ya lo sé, prefiero no hablar de...

-Me dijo que si tú hubieras estado en casa aún, me hubieran presentado contigo en vez de él.

Las palabras la hicieron callar.

Becky movió un poco el rostro para mirar hacia arriba, chocando sus ojos con los de Freen.

-Si no me hubieran marcado....yo no hubiera huido- habló la mayor con lentitud-. Yo sería una de tus pretendientes- sonrió.

Becky asintió.

-Incluso si nada hubiera pasado nos hubiéramos conocido- respondió la omega-. Destino.

Freen alzó el rostro de Becky para besarla.

***

Al salir del baño, cuando ya comenzó a tener frío, Freen tomó una toalla para Becky y otro para ella, aunque no había terminado de secarse la mitad del cuerpo cuando la omega pasó la toalla sobre ella, enganchando su cuello para atraerla hacia sí misma, sonrió a centímetros de su rostro antes de besarla.

A Freen simplemente le encantaba.

Pensó apenas en unos días atrás, donde se había avergonzado cuando despertó abrazando a Becky en la primera noche. Y ahora estaban pegadas piel con piel sin ninguna vergüenza de su desnudez, he aprendido que la ropa sólo les era un estorbo.

Las manos de Freen bajaron sin querer hacia el collar de Becky, tocando la textura de la tela que lo forraba.

Sus dedos fueron hacia la curva entre su hombro y cuello, y maldijo al collar con todo su corazón.

Becky pareció sentir qué pasaba, porque se separó del beso para mirarla como si pidiera perdón, su mirada se tornó melancólica repentinamente.

La omega llevó sus manos al collar, apretándolo con fuerza, enganchando sus dedos debajo de este, como si al tirar lo suficiente podría romperlo, sus nudillos se volvieron blancos y las mejillas se tornaron rojas por la fuerza.