❝Donde Becky es la omega del momento y Freen una delta solitaria.❞
•Omegaverse
•Freenbecky adaptacion (g!p)
•Alfa/Freen | Omega/Becky
•Mencion de otros ships
•Smut, fluff, angts etc
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¡Señorita Oaey!
Costó varios llamados para que la castaña escuchará el tono preocupado de su mayordomo, haciendo que saliera de la habitación apresurada, para encontrar al señor en el pasillo.
El hombre habló con la respiración agitada de correr.
-El joven YunHo, acaba de informar que encontraron a la señorita Arsmtrong.
Oaey alzó las cejas con emoción, le agradeció al hombre y se apresuró a subir las escaleras para el primer piso, donde Heng se hospedaba, ya que el castaño le había insistido bastante hasta que había aceptado quedarse allí.
YunHo, alfa, tan fuerte como su olor a madera y un poco a tabaco, es uno de sus mejores guardias personales, y al que había puesto a cargo para la búsqueda de la omega, con la ayuda de agentes de policía, ha pasado los días con ellos recorriendo la zona donde más posibilidades tenía de aparecer la chica.
Tocó la puerta firmemente hasta que el pelirrojo abrió, con cara de malhumorado, aunque antes de que pudiera mandarla a la mierda Oaey habló.
-Encontraron a Becky.
Heng tardó un poco por la sorpresa para sonreír, aplaudió, agradeciendo que la omega haya aparecido.
-YunHo tiene órdenes de traerla para acá- dijo Oaey-, ¿Quiere esperarlo conmigo abajo? Están en camino.
Heng sólo asintió, haciendo señas para que lo deje pasar, bajando las escaleras detrás de ella.
No tardó mucho tiempo para que la entrada de la casa de Oaey volviera a llenarse de personas, tanto paparazzi y reporteros, como gente curiosa, y era por esas situaciones que lo hacían preguntar cómo obtenían la información tan rápido y de dónde.
Aunque en cuanto el auto negro, de vidrios oscuros, acompañado por una patrulla policial pasó las rejas negras de la entrada al pequeño parque frontal de la mansión, a pesar de que los flashes de las cámaras dispararon, Oaey, Heng y los empleados de la señorita Oaey se olvidaron completamente de ellos.
Primero bajó YunHo, del asiento trasero del auto negro, tirando una correa de dónde bajó una loba blanca, hermosa, casi brillante.
Oaey abrió los ojos de más al verla, algo impresionada.
Heng también lo estaba, aunque sonrió con agradecimiento, había conocido a la omega, le caía bien y quería que estuviese a salvo
Entraron a la mansión, apresurándose un poco para no estar más expuestos a las cámaras.
-No ha querido cambiar- fue lo primero que dijo YunHo, con una mueca.
Oaey vio a la loba, sentada con la cabeza gacha junto a su guardia.
Se acercó, agachándose frente a ella, aunque la omega sólo bajó más la cabeza, mirando hacia un lado.
El olor de la omega era muy fuerte, muy dulce, casi empalagoso, aunque no llegaba a ser del todo molesto.
