Omega

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-Todos los estudios te han dado bien, Becky

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-Todos los estudios te han dado bien, Becky.

La omega permaneció con la cabeza gacha mientras su madrastra revisaba todos los papeles de los resultados.

No sabia muy bien el porqué, tampoco le importaba, le parecia muy innecesario todas las visitas al médico, exámenes y estudios que le habian hecho en ese dia y medio, sin contar con las declaraciones juradas dónde habia mentido descaradamente, diciendo que no sabia dónde estaba, que no conocia a sus captores, pero que no le habian hecho nada, que la habian tratado bien, cosa que se respaldaba por los médicos.

-Nada de signos de ayuno, ni deshidratación, ni heridas, torturas psicológicas ..- la mujer se paseaba en tacones, el ruido le taladraba los oidos a Sana-. Todo está correcto.

-¿Entonces vas a dejar de joderme? -Respondió, ganándose una mirada de su madrastra que no le intimido ni un poco. 

-Pero veo que tu actitud de mierda sigue ahi-la mujer juntó los papeles con brusquedad- Ya veo porqué te dejaron ir, siempre tan insoportable.

Becky no se contenía en contestarle mal a nadie, muchos de sus pretendientes habian sido testigos de lo grosera que era la omega, algunos se lo tomaban con más gracia, como Heng, y otros no hacian comentarios al respecto, como Oaey. 

Pero esos últimos días, en los que habia vuelto al mundo real estaba de peor humor que antes.

Sentia frio todo el tiempo, salvo su cabeza, que parecia arder del dolor, aun andando con ropa de abrigo y con calefacción se sentia congelarse a morir, además que sentia su cuerpo cansado, y pasaba casi todo el dia en cama.

Nadie se habia dado cuenta aún, pero no tenia energias ni para comer, aunque se esforzaba por al menos tragar unos bocados, comenzaba a sentirse mal al poco rato, a veces terminando en náuseas, lo que la obligaba a parar, y terminaba dejando el resto de la comida.

La comida que habia podido digerir fue la poca que habia recibido el mismo momento en que llego a casa de Oaey, desde entonces, se habia mantenido casi exclusivamente con liquidos.

Hasta Oaey le habia comentado que estaba pálida, aunque ella había respondido que era su tono de piel normal, mintiendo descaradamente.

Además de sentirse tan enferma físicamente, su loba no la ayudaba. 

Queria volver al lado de su alfa, sentir su calor y aroma, que volviera a tocarla, a besarla o sólo a escuchar su voz.  Intentaba no pensar mucho en ello, porque sólo la hacia sentir mal.

Su olor dulce se habia apaciguado demasiado, dejando paso a un fuerte olor a tristeza que tenía preocupados a todos en la mansión de la joven Oaey.

Becky pensaba que su madrastra también estaba preocupada por ella, sólo que lo demostraba con todas las visitas al médico que le hacian hacer, creyendo que le "habian hecho algo" en los dias que habia desaparecido.

DELTA || FreenbeckyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora