La guerra entre su mundo y el mío es una bomba de tiempo a punto de estallar y la supervivencia de los suyos es la extinción de los míos.
Es tormenta. Es volcán. Es peligro. Es mi fin hecho persona...
Él es El Guardián.
...
Llevo varios minutos aquí, con la mirada en la hoja en blanco del documento de Word, sin saber muy bien por dónde empezar; pero supongo que hay cosas que nunca cambian, y esta es una de ellas...
Siempre, al terminar de escribir una historia, me embarga una sensación agridulce de la que me cuesta mucho deshacerme. Con Guardián no ha sido la excepción. Sobre todo, porque ha sido una historia que me ha acompañado durante el proceso más arrollador de mi vida y al que más he tardado en adaptarme.
La maternidad es una hija de puta, no se dejen engañar, pero créanme cuando les digo que me la estoy disfrutando. Con sus altas y sus bajas; sus ratos sin descanso y aquellos de paz en los que puedo sentarme a escribir.
Iskandar y Madeleine fueron mi desfogue, mi reconexión con la escritura; con esto que tanto me disfruto y que había olvidado cuánto podía absorberme.
Sabemos que se desarrolla en un universo que conocemos bien y que nos mantuvo al vilo durante mucho tiempo; también, ese fue uno de los motivos por los cuales me costó un poquito más de lo que me hubiese gustado el fraguar esta historia.
Quería que la conexión con Demon estuviese ahí; pero que, al mismo tiempo, se sintiera como si estuviésemos leyendo algo completamente diferente pese a que Guardián es una consecuencia de todo lo que pasa en la trilogía. Aún no estoy segura de haberlo conseguido, pero puedo decirles, con toda seguridad, que me gusta el ritmo distinto que tuvo la historia de Mads e Iskandar.
Sé que han quedado muchos cabos sueltos y que se abrieron muchas incógnitas en los últimos capítulos; así que solo he venido aquí a confirmar lo que muchas de ustedes —por no decir todas— ya sospechan:
¡Habrá secuela de Guardián!
Todavía no sé cómo se llamará, ni nada por el estilo; pero les prometo que se vienen muchas cosas bastante interesantes para los protagonistas de esta historia. El plan es escribirles un lovers to enemies to lovers. (Sip. Leyeron bien: lovers to enemies to lovers); contarles más sobre las Yang, Madeleine, Iskandar, Raziel, Anne, Sylvester, la madre de Iskandar y todos esos personajes que nos dejaron con más preguntas que respuestas.
Aún no sé cuándo empezaré a escribir esta segunda parte. Primero, quiero darme un respiro y escribir algo diferente (ya estoy trabajando en varias cosillas, pero estoy deliberando aún qué es lo siguiente que les subiré a Wattpad. Espero que puedan echarle un ojito también, si se les antoja) antes de sumergirme de nuevo con este universo, pero tengan por seguro que será en algún punto del 2024 —yo espero que a mediados de año pueda empezar a darles adelantos, nombre, portada y todo eso.
Y, pues nada... Solo me queda el agradecerles la compañía durante una historia más. No tienen idea de lo que significa para mí el leer sus comentarios —sepan que los leo todos. Sí: todos, pecadoras conspirativas—, sus teorías y todos los mensajitos de amor que me han ido dejando a lo largo de Guardián. Espero que nos leamos muy pronto en la segunda parte o, ¿por qué no? En otros proyectos venideros o antiguos. <3
¡Muchísimas gracias por estar! ¡Por permanecer luego de la ausencia tan larga! Espero poder compensarles con muchas historias el tiempo que estuve lejos. <3
¡Gracias por todo! ¡Por tantísimo!
¡Las quiero de aquí al jodido inframundo! (Con Leviatán, demonios y toda la cosa). <3
¡Nos leemos muy pronto!
-Sam.
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