44-solo

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*Dani*

Ansu me montó en su coche cuando los coches de detrás empezaron a pitar y arrancó mientras yo me secaba las lágrimas.

-Dios Dani, tienes que tener cuidado, los ingleses conducen muy mal-me dijo regañándome por haber cruzado en rojo y yo asentí en silencio-¿Qué haces aquí y sola?-me preguntó extrañado y yo rompí a llorar una vez más tapando mi cara con mis manos.

No era llorona, nunca lo había sido pero esta situación me estaba superando, Ansu aparcó en el garaje de un edificio y acarició mi pelo calmandome.

-Ven a casa, nos tomamos un chocolate calentito y me cuentas lo que sea...-me pidió acariciando mi pelo y yo asentí secando mis lágrimas.

Me bajé del coche y ansu me cogió la mano tirando de mi para abrazarme mientras subíamos al ascensor.

Me abrió la puerta de su casa, que era parecida a la mía, un piso bastante moderno, me encantaría saber donde era, pero apenas llevaba unos días aquí y no sabía aún ubicarme con exactitud.

-Estas en tu casa-me dijo cuando entramos a la cocina señalandome los taburetes y yo me senté mientras él preparaba los chocolates en silencio.

Sin duda a falta de Gavi, ansu había sido mi mejor amigo siempre, desde que nos conocimos, y parece que el destino me lo había puesto en el camino como si se tratase de mi hada madrina.

-Gracias-le dije cuando me puso la taza de chocolate delante.

-De nada, wendy-me dijo y yo sonreí al volver a oír ese mote que solo él me ponía- ¿Vas a contarme porque casi te atropello en mitad de Londres? ¿No deberías estar en Barcelona comiéndote a besos al Gavira?-me preguntó con burla y yo negué mirando mis manos.

-Me dejó-le dije y él abrió los ojos sorprendido poniéndose serio de golpe.

-¿¡Qué?!-me dijo sorprendido-¿¡Gavi?!-yo asentí-no puede ser, yo hablé con el en Navidad y nunca lo había visto así de enamorado Dani-dijo sin creer lo que le estaba contando.

Dos lágrimas cayeron por mis mejillas, porque si para él no tenía ningún sentido para mi que lo había vivido en primera persona lo tenía aun menos, al mirarme notó que volvía a llorar y acarició mi brazo despacio.

-Lo siento, no...no sé qué decir..si me quieres contar lo que ha pasado...sabes que estoy aquí, ¿Vale?-me dijo y yo asentí intentando secar mis lágrimas, pero volvían a salir más sin poder controlarlo.

-Él...me dijo que se había.. confundido, y yo no..-casi no podía hablar, y al final tuve que pararme para coger aire.

Tarde casi dos horas en contarle todo, dos horas en las que ansu me estuvo consolando como el que más, sin juzgar, sin hacer preguntas, y prometiendome que no le iba a contar a nadie donde estaba.

Cuando terminé, el me abrazó con fuerza contra su pecho mientras yo no podía parar de sollozar en su pecho.

-Dani, no estás sola, no tienes que estarlo, sabes que estoy aquí, estamos los dos igual de solos, yo solo tengo dos amigos en el club, estoy bien, estoy hecho a mi vida aquí, y me encantaría que formaras parte de ella si estás aquí, como en Barcelona-me dijo y yo asentí en sus brazos como una niña pequeña.

-Gracias ansu, gracias..-sollocé en un susurro y el besó mi cabeza antes de separarnos.

-Y se acabó el no comer, vamos ahora mismo tu y yo a pedirnos una hamburguesa con mucho queso, porque si algo tienen los ingleses son buenas burgers-me dijo cogiendo su teléfono y yo sonreí secando mis lágrimas.

-Vale, pero en mi casa, Gol está solo y lleva así todo el día, así te invito y te enseño donde vivo-le ofrecí y el asintió cogiendo las llaves del coche y un abrigo e indicándome la salida hasta el garaje.

JURAMENTO ETERNO DE SAL-PABLO GAVIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora