60-Super papá

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*Dani*

No había sido feliz con nada material nunca, pero cuando el repartidor llegó a casa con la minicuna de la bebé sentí que no podía esperar para abrirla.

Pablo cerró la puerta y ambos miramos la caja sonrientes.

-Es la primera cosa de nuestra hija-me dijo y yo asentí sonriendo-vamos a abrirla-dijo entusiasmado cogiendo la caja con cuidado.

Empezamos a sacar pieza por pieza, y yo cada vez le veía menos sentido a la cuna, definitivamente ninguno íbamos a ser capaces de montarlo, sobre todo Pablo que siempre se había puesto súper nervioso con esos temas.

Pero sorprendentemente esta vez fue diferente, Pablo fue armando piezas poco a poco, creo que era la primera vez en su vida que lo había visto leer unas instrucciones, pero ahí estaba concentrado mientras las leía y armaba la cunita.

-Mi amor, me has sorprendido-le dije abriendo los ojos al ver que ya la tenía casi armada y el sonrió mirándome mientras apretaba un tornillo.

-¿Qué te pensabas?-me preguntó y yo reí-Te pensabas que no la iba a montar ni para mañana, admitelo-me dijo y yo asentí riendo-que poca fe en el padre de tu hija-me dijo con burla.

-Me has sorprendido Amor, pero es que mira la has montado súper bien-le dije señalando la cuna y él asintió.

-Pues claro, para mis niñas lo mejor-me dijo poniendome morritos y yo sonreí acercándome a sus labios para darle ese beso.

Termine de recoger con su ayuda los plásticos y los corchos que traía de protección, y el rodeó mi cintura sonriendome.

-Yo creo que es un súper poder que se desarrolla cuando eres padre-me dijo y to frunci el ceño.

-¿El qué?-le pregunté confusa.

-El saber armarlo todo-me dijo señalando la cuna con la cabeza y yo reí a carcajadas asintiendo.

-Súper papá-le dije poniéndole mi puño para que chocase, pero en vez de chocar tiró de mi brazo estirándome hasta el para darme un beso.

Pedri vino a buscar a Gavi para el entrenamiento, aunque Pablo ya hacía dos días que podía conducir, su recuperación iba súper bien.

Ellos se fueron no sin antes darme un beso en la tripa cada uno y pablo uno en los labios y me quedé en casa recogiendo un poco, ya iba haciendo cosas no tenía que estar todo el rato en reposo y me encontraba muy bien aunque la peque no paraba de dar patadas cada dos por tres, esta se creía futbolista como el padre.

Estaba terminando de recoger una lavadora cuando pegaron al timbre de casa, cuando fui a abrir me encontré a Aurora que traía una bolsa en las manos.

-Hola preciosa, ¿invitas a tu cuñada a un café?-me preguntó y yo asentí sonriendo dejándole paso-te traigo una cosita-me dijo tendiendome la bolsa.

Saqué lo que había en su interior, y eran unos donuts de chocolate de pastelería con una pinta increíble, rodé los ojos mordiendome el labio deseando pegarle un bocado.

-Aii, vas a ser su tía favorita-le dije haciendo referencia a mi niña mientras entraba en la cocina.

-Claro, como que soy la única que va a tener-me dijo irónica y yo reí mirándola-¿Cómo está Aitanita?-preguntó señalando mi barriga.

Si, ya habíamos decidido que la pequeña se iba a llamar Aitana como quería su padre, y a mi también me gustaba mucho ese nombre asique nuestra pequeña iba a llamarse así.

-Muy bien, no para de moverse como de costumbre, sobre todo por las noches cuando estamos en la cama y tu hermano le empieza a hablar, es escuchar su voz y se revoluciona-le dije y ella sonrió.

-Va a ser una niña de papá de mucho cuidado-me dijo y yo asentí mientras le tendía su taza de café.

-Ya ves, la va a tener más consentida que nada-le dije, conociendo a Gavi su niña iba a ser intocable para él.

-Todos vamos a consentirla, la tita Aurora la primera-me dijo y yo sonreí-¿las cosas con mi hermano mejor?-me preguntó.

-Mucho mejor, sin duda el susto sirvió para algo-le dije y ella sonrió.

Aurora estuvo haciéndome compañía toda la tarde y se fue casi de noche porque al día siguiente ella y Javi se iban de viaje y tenía que terminar de preparar la maleta.

Yo me puse a preparar la cena para tenerla lista cuando llegase Pablo, y cuando ya estaba apagando el fuego escuché la puerta de casa.

-Amor, ¿Qué haces ahí? Deberías estar descansando-me regañó viniendo hasta mi y yo sonreí hacia su dirección abriendo los brazos para que me abrazase.

-No me regañes, he estado toda la tarde de cháchara con tu hermana, asique es lo único que he hecho, la cena-le dije y el asintió acariciando mi cara dejando mi pelo detrás de las orejas.

-Bueno, solo te lo perdono porque vengo muerto de hambre-me dijo antes de darme un beso y yo reí.

Cenamos aunque yo tenía poca hambre después de comerme los tres donuts que aurora me había traído, que por cierto estaban buenísimos.

-Mira-me dijo Pablo cuando salió de la ducha.

Se agachó por completo doblando toda su rodilla y dio un pequeño salto.

-En nada estas otra vez jugando ya-le dije feliz y el sonrió metiéndose en la cama.

Empezó a trazar pequeñas caricias en mi abdomen mientras besaba mi cuello, y un calor se formó en mi bajo abdomen.

Con todo lo que habíamos vivido y pasado llevábamos meses sin tener intimidad, entre lo de Esther, la separación, la lesión y los problemas con mi embarazo no habíamos hecho nada y no era por falta de ganas mías, tenía las hormonas disparadas, pero no había habido ocasión.

-Pablo...-murmuré algo sofocada.

-¿mmm..?-preguntó él en mi cuello.

-Para venga, la pierna-le recordé.

-No me pares, te necesito y sé que tú a mi también gordita-me dijo separándose mientras se incorporaba para quitarme la camiseta.

-Vale, pero yo arriba, asi no tienes que mover la rodilla-le dije mientras lo tumbaba en la cama y se colocaba sobre él.

Se sorprendió por mi gesto, pero sonrió llevando las manos a mis temas mientras se incorporaba para besarlas.

Le bajé los calzoncillos un poco sacando su miembro, y no esperé, simplemente lo lleve hasta mi entrada bajando y miré hacia el techo a la vez que ambos soltábamos un gemido al sentirnos.

-Nena..no sabes lo que echaba de menos sentirte-murmuró acariciando mi espalda y yo asentí inclinándome hacia él mientras empezaba a moverme sobre él.

Nuestros gemidos empezaron a escucharse por toda la habitación, y aunque seguramente nos hubiéramos quedado horas así, el tiempo que habíamos estado sin tocarnos hizo que ambos acabáramos en cuestión de minutos.

Me quedé encima de él intentando controlar la respiración después del orgasmo y él me tumbó en la cama poniéndose encima mía mientras besaba mi cuello, mandíbula, labios..

-Mi vida, eres mi vida-murmuró llenándome de besos y yo sonreí disfrutando de sus labios.

-Te amo-le dije acariciando su nuca con mis uñas y el sonrió mirándo mis ojos.

-Te amo, vida mia-me dijo cariñoso.

(CONTINUARÁ...)

Mañana subiré de pedri, asique no se si habrá capi de esta❤️.

A menos que le deis mucho amor.. 🫶

JURAMENTO ETERNO DE SAL-PABLO GAVIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora