JURAMENTO ETERNO DE SAL-PABLO GAVI

47-Buena decisión

*Gavi*

El corazón pudo con la mente, aunque por dentro estaba cagado de miedo.

Dejé el coche en la calle de mi casa, con mi móvil dentro, y me apunte la dirección que mi suegro me había dado en un papel mientras las manos me temblaban.

No era una persona miedosa, pero estaban amenazando a lo más preciado que yo tenía, y ese era mi mayor miedo, solo rezaba todo lo que sabía por no arrepentirme de esto.

Miraba a los lados comprobando que nadie me estuviese siguiendo, me temblaba hasta el cielo de la boca, jamás en mi vida había pasado tanto miedo.

Cogí un taxi, y le pedí al taxista dar un buen rodeo por un montón de calles extrañas, si alguien me estaba siguiendo se lo iba a poner muy difícil.

Hasta que finalmente le di la dirección al taxista, que me llevó hasta una especie de mirador bastante solitario. Le pagué y me bajé del taxi cuando divisé a Carlos apoyado en una barandilla mirando al mar.

-Carlos-le llamé haciendo que se diese la vuelta.

Andó hasta mi mirándome, intentando descifrar mi mirada, y después de una segundos me dio un tirón dándome un fuerte abrazo que me supo a gloria.

-Ahora mismo vas a contarme que es lo que pasa, yo sé que tú la quieres-me dijo haciéndome sentir la desesperación en su voz, y me abracé a él como un niño pequeño buscando protección mientras tragaba grueso intentando no llorar.

-Espero estar haciendo lo correcto-le dije al separarnos entrecortado, y sentí como en su mirada algo cambió mirándome con miedo.

-Gavi, tranquilo-me dijo y yo solté todo el aire que tenía en el cuerpo.

-¿Le has dicho a alguien que estábamos aquí?-Le pregunte y el negó.

-¿Qué pasa hijo? Me estás asustando-Me preguntó cuando me vio mirar a los lados, aunque no había ni rastro de nadie.

-Carlos, necesito que te lleves a Dani de aquí de Barcelona, convencela, llévatela lejos, no la dejes sola, cuidala-le pedí casi temblando sin respirar-no puede estar aquí, no...-me cortó.

-Pablo, desde el principio, me estas asustando, respira-me pidió y yo respiré hondo-¿Te estas amenazando? ¿Es eso?-me preguntó y yo asentí.

El cogió aire intentando mantener la calma.

-¿Y porque no lo has denunciado?-me preguntó confuso.

-No lo entiendes Carlos, es más complicado que todo esto, es...Esther es una loca, una tía que está mal de la cabeza-intenté explicarle.

-Gavi, la policía..-negué rápidamente.

-¡No!-le dije- no lo entiendes, ella...ella me tiene controlado, no se como, nose si es el coche, el móvil, si tiene cámaras en mi casa...he venido sin nada por lo mismo-le intenté explicar- jamás me perdonaría que algo le pasase a Dani por mi culpa, no, prefiero que piense que soy un cabron, que me odie, así al menos uno de los dos sería capaz de pasar página-tuve que parar cuando la voz se me quebró y una lágrima empezó a caer por mi mejilla.

-Nunca he tenido ninguna duda, pero con esto sé que eres el hombre que quiero que tenga mi hija a su lado-me dijo y yo negué llevando mis manos a mi cabeza desesperado.

-Esto no es bonito, ni siquiera se que hago aquí, llevo un mes sin hablar con nadie, con nadie, y no sabía si venir aquí o no venir, no sé si estoy haciendo lo correcto-le dije asustado- solo te pido que te la lleves de aquí, por favor, como sea-le pedí y el suspiró mirándome.

-Gavi, ¿tu no sabes...-se quedó callado y yo frunci el ceño.

-¿Saber el qué?-le pregunté.

-Gavi, ella no está aquí, ella se fue al día siguiente de que tu la dejaras-me dijo y yo abrí los ojos, ¿se había ido?