Sustos

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Me faltaban cuatro clases para acabar, y no estaba dispuesta a esperar, apenas me llamó el abuelo salí corriendo del instituto, cuando salí cogí un taxi. Parecía que todo estuviera en mi contra porque estuve unos quince minutos en la misma calle esperando a que el tráfico circular. De vez en cuando no podía evitar sollozar en silencio. Cuando al fin llegué toqué el timbre, y unos segundos después el abuelo me abrió la puerta con una brillante sonrisa.

-¿Y…y la abuela?- pregunté con dificultad.

-Ah, está jugando al parchís en el patio trasero- dijo tranquilamente.

-¿Pero…está bien, verdad?

-Claro que está bien- abrí mis ojos como platos.

-Bastardos de mierda, me han jugado una broma de mal gusto diciéndome que la abuela estaba mal- dije con enojo, seguramente habrá sido la estúpida de Kelly o Erika, para joderme un poco.

-No ha sido ninguna broma, te hemos llamado nosotros, para que vinieras- lo miré con desaprobación- es que te estábamos insistiendo desde hace mucho tiempo que vinieras a visitarnos y como no venías, pues a tu abuela se le ocurrió esa idea- me explicó.

-¡¿Pero bueno!? ¡Los abuelos normales no hacen esto!- exclamé- llama a mi abuela, que voy a tener una charla con ella.

-Ven vamos al patio trasero- me dijo- y quiero recordarte que yo solo he obedecido ordenes.

-De eso nada monada, de aquí nadie se libra- le advertí.

No me cabía en l cabeza, que mis propio abuelos me asustaran de esta manera ¡Es que no es norma! Ahora entiendo que nadie de mi familia es normal.

El abuelo y yo caminamos hacia el patio trasero, y allí la vi, con esas pequeñas arrugas adornadas en su cansada piel, y unas cuantas canas en su pelo- suspiré- por lo menos está viva, cuando me vio esbozó una sonrisa y me dio una abrazo.

-Todos locos- murmuré- abuelita querida, dime ¿Para que querías que viniera?

-Jessica te añoraba mucho, además hacia mucho tiempo que no me venías a visitar.

-Lo siento tanto, pero jamás me pude imaginar que fingirías una futura muerta solo para que yo viniera- me disculpé.

-No te preocupes cariño si no te hubiera llamado hoy seguramente te hubiera llamado mañana- me explicó con toda la naturalidad del mundo.

-Y que no se te olvide mencionar lo que has soñado- le cogió mi abuelo de la mano.

-Gracias por recordármelo- dijo sarcásticamente.

-¿Qué soñaste?- pregunté ansiosa.

-Pues veras…primero siéntate- me senté- esta noche soñé contigo, y vi a una persona que te estaba haciendo daño, pero…era como un manto negro…no sé como explicarme, pero era una cosa negro alrededor tuyo- enarqué mis cejas, medité un rato, y mi conclusión fue: mi abuela está como  una cabra ¿Un manto negro? Eso no es posible, lo siento por mi abuela, pero no me lo acababa de creer.

-¿Y crees que es verdad?- pregunté.

-Mis sueños siempre significan algo, y espero que este sueño sea una tontería- me dijo mi abuela seria.

-Bueno eso espero- dije para complacerla- abuela ¿Te parece normal sacarme de clases en horario lectivo?- la empecé a regañar.

-Bueno es que yo…

-No señora, aquí no utilices pretextos-

-Alto el carro vaquera, que aquí el que tiene más voz soy yo- contestó mi abuelo en defensa de la abuela- y no regañes a tu abuela como si fuera una niña pequeña que ya no lo es.

Simplemente: eres odiosoWhere stories live. Discover now