Capítulo II

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Boom. Podía volver a respirar. Se había levantado de forma tan brusca que había despertado a Hell. La habitación estaba a oscuras y la tensión en aumento. No pasaba nada. Solo era una pesadilla. Estaba bien. Nada iba a pasarle tumbada al lado de Hell. Estaba a salvo.

-¿Estás bien? - susurró Hell.

Kiara se pasó las manos por el pelo, nerviosa. Asintió mientras se sentaba en la cama apoyando la espalda contra el cabecero.

-He soñado otra vez con mi madre.

-¿La caída?

-Ajá. El disparo y la caída.

Hell se incorporó. Encendió la lamparita de noche y alcanzó a mirar la hora en su móvil. Las cinco y media.

-¿Quieres que pida algo de comer?

Kiara negó.

-¿Puedes volver a decirme eso del alma?

Hell se quedó pensando un momento, sin saber a qué se refería.

-Una vez dijiste algo de tu alma. Dijiste que era tuya y solo tuya.

Comprendió de repente. La estrechó contra él y volvió a quedarse en silencio.

-Nadie va a llevarse mi alma, Kiara. Y la tuya tampoco. ¿Es eso?

-Gracias.

Estaba cansada de dormir en la cama del hotel. Puede que costase cinco de los grandes la noche, pero no era su cama. Ella quería una cama propia. Suya y de Hell.

-¿Cuánto tiempo más vamos a estar aquí? - preguntó abrazándolo – No me gusta este sitio.

-Hasta que encontremos una casa. ¿Tan mal está el hotel? Podemos buscar o-...

-No es este hotel en concreto, son todos los hoteles. Quiero estar en nuestra casa.

Hell la miró y sonrió.

-¿Qué estás mirando? - preguntó ella con expresión reprobatoria.

-A ti. Eres una caprichosa, ¿lo sabías? Siempre acabo haciendo lo que me pides. Me has convertido en un calzonazos, niñata.

Se sentó a horcajadas sobre él y comenzó a masajearle los hombros. Por supuesto que era una caprichosa. Pero eran caprichos justos y razonables, claro.

-¿Eso significa que vas a buscarla?

-Eso significa que tú vas a buscarla. Lo siento, preciosa, pero tengo que hablar con mucha gente en los próximos días – le dio un casto beso al ver como cambiaba la expresión -. Cuando acabe estrenaremos la nueva cama durante una semana, ¿de acuerdo?

Kiara lo miró un momento y finalmente se levantó. Habría preferido ir con él, era una decisión de pareja. Era como si la estuviese dejando a un lado, como si dijese "¿Sabes qué? Mejor te doy dinero y te mantengo entretenida hasta que me apetezca metértela."Se sentía algo decepcionada, pero no lo suficiente como para cabrearse con Hell.

Cuando llegó al pomo de la puerta del baño se giró. Hell la miraba con miedo. "Cree que he vuelto a enfadarme", pensó.

-Si crees que voy a dejar que te acerques a mi vagina después de esa clara amenaza sexual, estás muy lejos de conocerme – contestó en tono desenfadado.

El comentario surtió efecto, porque inmediatamente Hell sonrió, puso las manos tras su cuello e hizo un gesto con la cabeza para que entrase al baño antes de que se levantase y la atrapase.

-Eso está por ver, niñata.

* * *

Tacones altos y vestidos de Channel. Un profundo olor a perfume se volatilizaba a su alrededor. Kiara bebía un café del Starbucks mientras Lindsey devoraba un donut y Mackenzie posteaba en el móvil. Eran casi las diez de la mañana y todavía tenían que ver cinco casas más. El día era soleado y las joyas bastas de Lindsey relucían cegadoras.

Heroína (Saga Adrenalina III)Where stories live. Discover now