Capítulo XIV

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Hell saltó dentro del coche. Le temblaba todo el cuerpo. A penas pudo meter la llave en la cerradura y quitar el freno de mano.

-¡Eh,eh! ¿Dónde vas? - Trevor golpeó la luna delantera.

No tenía tiempo para explicaciones absurdas pero sí para dar órdenes. Esperaba al menos que Trevor supiera cumplirlas.

-Pégate a Kiara y asegúrate de que llegue a casa antes de las tres. Han entrado en casa.

-¿Cómo que han entrado?

-Tú solo haz lo que te he dicho. Alguien quiere jodernos y no tengo ni puta idea de quién puede ser.

Trevor asintió y dio un par de golpes sobre el capó, que marcó el inicio de una carrera contrarreloj para llegar al hogar de los Capobianco.

Hell recordó en aquel momento que no debería conducir por dos simples motivos. El primero, que iba hasta las trancas de vodka. El segundo, que lo había mezclado con las pastillas. Pero aquello, a aquellas alturas, ¿qué más daba? Le dolía el pecho, las piernas, la cabeza, el alma. Le dolía hasta respirar.

¿Cómo había sido tan irresponsable? Dulce inocencia pensar que su nueva casa podía ser la mitad de segura que la antigua. Sin embargo, había hecho todo lo posible para proteger a su sobrino, ¿no? Lo había mantenido en Estados Unidos para protegerlo, para que tuviera una infancia feliz y estable, como la que él había tenido. Pero la había cagado. Siempre la cagaba. Tal vez no debió arrebatárselo a sus padres adoptivos. Al fin y al cabo, ¿quién era él para decidir el destino de un niño que ni siquiera era suyo? "Pero lleva mi sangre, y duele".

Aunque ahora ya de nada servía lamentarse. Lo mejor era pensar en frío y analizar la situación desde un punto de vista externo. ¿Quién sabía de la existencia de DD Junior? No, ¿Quién sabía dónde estaba, con quién? Apartó la idea de que alguien que tuviese contacto con la Familia pudiese haberlo jodido, ya fueran miembros o empleados, aunque no descartó la posibilidad. Babe no sabía nada y sus hermanas tampoco.

Una oleada de frío lo paralizó al faltar un par de manzanas para llegara casa. No hacía pensar en nadie más, tenía el nombre clavado en la cabeza. Alcanzó el iphone del salpicadero. Marcar fue toda una proeza teniendo en cuenta que todo era una gran mancha borrosa ante sus ojos.

-Robb, ¿está Trevor por ahí?

-Está arreglando un problemilla con un par de maderos. Dicen no sé qué deque no podemos comprar nada.

Bueno, da igual. ¿Qué hicisteis con You?

Silencio un par de segundos.

-Eh, no sé, tío.

-¿Cómo que no lo sabes?

-Yo me encargo de la coca, hermano, los problemas con otros narcos no son mi movida si nadie me mete. ¿Qué ha pasado?

Hell se frotó los ojos, molestó. Joder, si es que había que pedirlo todo con instrucciones.

-Da igual, pásame a Logan.

Escuchó el barullo de fondo, las risas, la música. Incluso creyó escucharla voz de Kiara.

-Eh, ¿qué pasa? Has salido disparado de aquí, ¿dónde estás?

-No tengo tiempo para explicaciones, pregúntale a Kiara. Escucha, ¿qué hiciste con You?

-¿Con You? - Logan gritó por encima del barullo - ¡Eh, callad!

-Sí, con You.

-Pues lo típico que se hace en estos casos; le dimos un susto y lo devolvimos a casa.

Heroína (Saga Adrenalina III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora