Capítulo XXXXII: La oscuridad rota

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Lydia miró alrededor de la sala del sheriff, su pecho un tanto agitado. La lluvia caía torrencialmente fuera.

Hacía cuatro días todo había pasado, y aun así parecía una vida de distancia. Esta es la primera vez que salía del hospital, y había ido directo a dar declaración. Claro que omitiendo todo lo demás.

Peter estaba desaparecido. Era un hecho que descubrió recientemente, él se había ido sin dejar rastro.

Kira estaba en el hospital, recuperándose, su madre se aseguró que no quedara rastro del Nogitsune en ella. Deaton le había explicado que la razón por la que Kira vivió y el Nogitsune no, era debido a que su alma había estado enlazada a la de él por un hilo muy oscuro y recorrido, entonces, cuando ella se había autolesionado, fue el Nogitsune el que sintió la muerte, no ella.

Y eso explicaba el por qué no había sentido dolor cuando había apuñalado a Kira, realmente era ella en esos momentos. Al fin pudo descubrir la tercera razón por la que el Nogitsune le pidió que hiciera eso, Kira se había estado resistiendo a él, y al apuñalarla, le había dado al Nogitsune el poder.

No había hablado con Kira desde ese día, tampoco con Allison, ni Stiles.

Stiles.

Sabía que él estaba enojado con ella, también sabía que se había quedado todo tiempo fuera en el pasillo mientras ella estaba en el hospital. Pero nunca entró.

—¿Sabes por qué estás aquí? —pregunto el sheriff

Ella asintió

—Para contar lo que sucedió, todo lo que sucedió —contestó

El sheriff asintió, Parrish estaba detrás del escritorio fuera, su antipatía por Allison desapareció una vez que Deaton quitó la mosca que el Nogitsune había puesto en él. Al parecer nunca fue su intención hacer lo que hizo.

—Empieza desde el comienzo, ¿cómo conociste al Nogitsune? —El sheriff dijo

—No lo conocí —dijo ella—, el Nogitsune me encontró. Fue después de casi morir, de lo que me hizo Jennifer, que empecé a notar que algo raro estaba sucediendo. Sentía que no estaba sola en la casa, que alguien me vigilaba. Estaba cada vez más y más paranoica, temía verme en los espejos, porque no sabía que iba a encontrarme en ellos. Las voces me decían una y otra vez que algo realmente malo iba a suceder.

Tragó saliva

—Una noche, Peter apareció, el me dijo que lo que me hizo esa noche, lo que Jennifer me hizo, tuvo un precio, que me estuvo preparando para eso. Él me contó que Talía desdibujó mis recuerdos, me los quitó, para que me fuera imposible recordar lo que sucedió aquella noche, la noche del ataque.

—¿Cómo sucedió?

—"Cómo" no es la historia, Sheriff —dijo ella—, es lo que paso justo antes. Me encontraba en mi casa, cuando de repente comencé a oír este sonido, como susurros que parecían agolparse más y más. Jasón estaba junto a mi ese día, y le pregunte si los escuchaba, a lo que me dijo que no. Cuando me pregunto que eran, solo podía decirle voces, voces que mencionaban cosas inelegibles. Y luego ese sonido...

La mirada de la chica se fue a un punto lejano, vivenciando aquel recuerdo fresco aun en su mente

—Era como interferencia, y maquinas. Y luego lluvia, como la de este día. Me acerqué a la ventana, pero el cielo estaba azul.

—¿Pero seguías oyendo eso? —continuo el sheriff levantando la vista de la libreta donde escribía.

—Y no hacía más que intensificarse. Lluvia y truenos, maquinas, interferencia, eran como disparos en mi cabeza. El sonido era tan fuerte que... grite. Mi madre me encontró en el piso de la sala sangrando por los oídos. Fue entonces que, asustada, llamó a su amiga, Talía Hale —Continuó ella relatando—. Recuerdo una mano consoladora tocando mi cabello, antes de verla. Me pregunto que había escuchado y se lo conté, pude ver, en su mirada, una clase de terror que buscaba enmascarar. No sabía que estaba mal conmigo, pero sabía que algo mal había.

Despierta | Teen Wolf #5|Where stories live. Discover now