Capítulo 42

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Hasta que me hundí en sus labios y ella en los míos.

Ya nadie más existía, solo nosotros. Fue poco el tiempo durante el cuál aún no nos depojamos de la ropa. Estaba pasando la mejor noche de mi vida con la mejor novia del mundo. Durante toda la noche disfruté, sin pensar el las posibles consecuencias.

Amaneció y ella dormía sobre mi pecho, la luz pegaba en su cuerpo haciendo que a trevés de la sábana se marcara su figura. Sonreí al ver eso porque recordé la maravillosa noche que había pasado junto con ella.

Segundos después comencé a alterarme.

¡¿Pero qué había hecho?! Me sentía mal conmigo mismo, yo acababa de quitarle a Tracy lo más preciado que ella poseía… su virginidad. Me sentía fatal, realmente fatal. Me sentía una persona asquerosa por no arrepentirme de la noche que pasamos. Lo pasé muy bien, pero como todo caballero que respeta a su novia acababa de romper todas las de la ley. No sé qué haría cuando ella se despertara, no sé cómo podría mirarla a los ojos.

Me sentía realmente mal, no dibió haber pasado nada de aquello.

¡Malditas hormonas! 

-Mmm…- escuché un sonido proveniente de sus labios, pues Tracy se estaba despertando.

Se talló los ojos puesto que el sol le daba en toda la cara y eso debía de ser molesto. Vi como giraba sobre su cuerpo ligeramente, no se había percatado de que estaba desnuda. Luego miró hacia arriba mientras estudiaba mi rostro. Estaba preocupado, preocupado por ambos. Soltó un gran suspiro y se tumbó justo a mi lado tapando sus ojos con sus dos manos.

Ella al igual que yo, se estaba empezando a preocupar. 

-¿Buenos días?- giré y apoyé mi peso de lado sobre mi codo para poder mirarla. Tracy se destapó los ojos y me miró de arriba abajo-. ¿Lo siento?- volvió a mirarme detenidamente sin decirme nada, y eso me estaba desesperando-. ¿Podrías por favor decirme que no me odias?- soltó una pequeña risa.

-¿Por qué te odiaría, bobo?- me acarició el pelo.

-Por lo que te hice hacer, no debí obligarte. No pienses que esas eran mis intenciones, de verdad que no. Era dueño de tu cuerpo pero no quería tocarlo, de verdad.

-''Por lo que te hice hacer, no debí obligarte.''- repitió mi frase-. ¿Acaso tu colocaste un arma de fuego en mi boca para que lo hiciera?- reí ante eso negando con la cabeza-. Liam, fue culpa de los dos. Tú no me obligaste porque yo te permití hacerlo.

-¿Entonces fue tu culpa?- suspiré divertido-. Qué alivio- ella me dio un pequeño golpe en mi pecho y reí.

-No te mentiré, tal vez si hubiera tenido más conciencia no lo hubiera hecho, no estuvo bien. Ni siquiera soy mayor de edad- suspiré arrepentido.

Tracy Smith era así, una niña bien. Era la hija perfecta. Educada, guapa y buena estudiante. Tenía sus momentos alocados, pero sus padres eran unos empresarios serios y ella se había criado así, aunque ella prefería no acabar como ellos. Ella quería disfrutar de su adolescencia y no vivirla rodeada de libros.

-Tienes razón, yo debí detenernos, no debí dejar que pasara nada.

-¿Cómo peleas contra el deseo, Liam?- ambos reímos.

-Te quiero tanto que pelearé cualquier batalla para no dejarnos hacer una estupidez como esta.

-¿Hay más estupideces aparte de la que acabamos de hacer?

|Un Amor del Pasado.| Harry y tú | {ADAPTADA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora