Capítulo 1

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EL GATO


Lorenzo había tenido un día de mierda. Lo único que deseaba era llegar a casa y recostarse. Pero antes debía subir las escaleras hasta el quinto piso donde se encontraba el apartamento que había decido rentar hace unos años.  ¿Qué por qué no usaba el ascensor? Estaba en mantenimiento; O eso le había dicho el despistado portero del edificio. 

Cruzó los dos primeros pisos agotado, le dolían las piernas y cuando pasó cerca del elevador cruzando el tercer piso, lo pudo escuchar gemir. 

Claro, porque los ascensores gimen. 

"Sigue, sigue... así, así" escuchó... Era evidente que alguien lo había detenido para cumplir alguna de sus tontas fantasías sexuales en complicidad del encargado del edifico. 

Suspiró y continuó subiendo las escaleras. 

Qué más daba. 

Abrió la puerta del departamento, tiró el morral a un lado y caminó como un zombi hasta el sofá donde se dejo caer. Encendió el televisor para sentir compañía, mientras pensaba en el hijo de puta que estaría follando en el ascensor. Lorenzo contempló ese pensamiento y una sensación de desolación le invadió las entrañas. 

Justo en ese momento el gato que tenía como mascota hace un tiempo, le saltó sobre al abdomen y lo observó fijamente como queriendo decir algo.

"¿Por qué no logro encontrar alguien que me acelere el corazón?" preguntó al animal mientras acariciaba su cabeza. El Gato maulló, tosió y escupió una bola de pelos sobre él. "¡Oye!" le reclamó Lorenzo. 

"Quizá porque no piensas con el corazón, sino con la poya" respondió el animal. 

El joven abrió sus ojos como platos. ¿Había hablado? ¿Acaso el gato había hablado? Definitivamente estaba empezando a enloquecer. Era imaginación suya, no había forma de que el gato hablara.

"Pero qué mierda" gritó alterado, levantándose del sillón espantado, el gato saltó al suelo, lamió una de sus patas y después dijo "Y por cierto, el alimento se ha terminado". 



El Gato de Mi ExDonde viven las historias. Descúbrelo ahora