Capítulo 8

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NO SOY UN MÁRTIR


Después del trabajo Lorenzo decidió entrar a un bar de camino a casa. Recordó las palabras de su hermana, y lo que pensaba su madre pero no le decía. "No estoy asustado, no estoy deprimido, no tengo miedo" pensó. "No soy un puto mártir". 

Se sentó en la barra y pidió un tequila. 

Luego recordó lo que había dicho su gato de que era un irresponsable y no le gustaba comprometerse con nada. "Espera, ¿en serio?" se dijo así mismo "¿estoy pensando en lo que un gato me dijo? ¿No debería estar pensando en por qué diablos escucho hablar a mi gato?" y en medio de su frustración se mando la copilla de tequila y pidió otra que tan solo llegar, bebió inmediatamente.

"¿Estás bien?" preguntó una chica de cabello negro que estaba a su lado en la barra mirándolo con curiosidad. "No pareces llevar un buen día" dijo. "Estoy bien, que te quede claro. No tengo ningún problema. O tú también vienes con esos cuentos de los vacíos emocionales, y esa psicología barata" respondió el joven ofuscado. 

La chica se quedó mirándolo sorprendida y él cayó en cuenta de su impertinencia. 

"Lo siento" se disculpó. "No te preocupes, parece que te están juzgando mucho últimamente" respondió ella. Lorenzo alzó la copilla de tequila y le hizo una reverencia aprobando lo que ella había dicho. "A la mierda todo el mundo" complementó. 

"¿Sabes por qué a las personas les gusta ser y decir esas cosas?" le preguntó la desconocida. "¿Por qué?" quisó saber. "Porque a todos nos gustan los mártires, esas personas que desprenden melancolía y romanticismo, que son misteriosos o están hundidos en la miseria. Simplemente porque pretendemos ser buenas personas y salvarlos de esa oscuridad. Es una extraña necesidad de ser heroes". 

Lorenzo sonrió y respondió con ironía "eso explicaría porque siempre venden más las novelas de amor con protagonistas rotos". 

El Gato de Mi ExOnde as histórias ganham vida. Descobre agora