Capítulo 6

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NOCHES 


Era de noche, Lorenzo estaba exhausto, bostezó y los ojos se le aguaron. "Es hora de dormir Sofi" dijo cuando ambos habían terminado de cenar. La pequeña asintió con la cabeza, recogió las cosas de la mesa y se fue a la habitación de huéspedes. 

El joven lavó los trastes, luego pasó por el cuarto donde se alojaba su hermanita, ya se había acostado con la luz encendida. Sonrió y la dejo así, caminó hasta su recamara donde estaba Kamus esperándolo echado sobre la cama. 

"Oye, tenemos que hablar" empezó el gato. Sin embargo, Lorenzo vencido por el agotamiento y cansado de cuestionar su cordura simplemente asumió su papel en la locura que estaba viviendo. "¿De qué quieres hablar?" preguntó. "Bueno ya sabes" dijo el gato, "Sofia es un amor, encantadora, toda una princesa. Pero no necesito que me la pongas de niñera" continuó. 

Lorenzo se encogió de hombros.

"En serio Lorenzo, no necesito que tu pequeña hermana este detrás de mi cola todo el día". Lorenzo volvió a encogerse de hombros. "Bueno, ya aclarado ese punto, ¿te encuentras bien?" quiso saber el animal. "Sí, estoy bien" contestó el joven. "Pues no me lo parece, es como si de verdad las cosas no estuvieran en su lugar". 

Kamus se acercó a donde se encontraba Lorenzo y lo miró a la cara. 

"Dime qué sucede" inquirió. "¿Acaso te parece normal que estemos hablando los dos?" contestó el joven. "Y para eso no es que has traído a tu hermana, para saber si estas loco. Bueno, y qué si lo estás. ¿Qué harás? ¿Te iras a encerrar a un manicomio abandonando a tu familia y a mi?" Kamus alzo la vista con desafió. "¿Sabes cuál es tu problema? evades las responsabilidades, por eso prefieres no tener compromisos de ningún tipo". El joven molestó espanto al gato de su lado "¿Y es que ahora a parte de hablar también estudias psicología?". 

En ese momento la puerta de la habitación se abrió y Sofia asomó la cabeza. "¿Estás bien hermano?" dijo. "Sí, lo estoy" contestó él. "¿Tienes miedo?" le preguntó la pequeña. "¿Por qué me preguntas eso Sofi?". La niña se acercó a su hermano y dijo "Es que te he escuchado hablando solo. Si tienes miedo, podría dormir contigo". 

Lorenzo esbozó una sonrisa, palmeo la cabeza de la niña y sentó en la cama "No te preocupes, estaré bien". 

"Como quieras" respondió ella. Y antes de salir del cuarto, giró la cabeza y miró a su hermano; "recuerda, siempre puedes dormir con la luz prendida". 


El Gato de Mi ExDonde viven las historias. Descúbrelo ahora