Capítulo 21

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RESURGEN LOS LAZOS


Lorenzo sirvió un poco de café en la tasa de la chica. "¿Quieres un poco más de azúcar?" preguntó el joven con dulzura. "No, no, así está perfecto" respondió ella con una sonrisa, y se llevó la tasa de café a los labios, "cómo lo sabes si ni siquiera lo habías probado" refutó él. "Hace mucho tiempo que sé como preparas el café" respondió Verónica con una sonrisa. "Y sabes, es el mejor que he probado siempre". 

Las palabras de su ex novia lo hicieron sonrojar al mismo tiempo que Kamus el gato negro, se frotaba en sus piernas para darle consuelo. Le echó un ojo por encima y recordó la conversación que habían tenido antes de su llegada. "Creo que es momento de que hagas tu jugada" había sugerido el animal tras las frecuentes visita de Verónica.

Lorenzo observó a la chica aún con las mejillas enrojecidas. 

"¿Estás bien?" preguntó Verónica divertida. 

"Estoy bien" respondió él. 

Y era verdad, era completamente honesta la respuesta. Estaba mucho más que bien en compañía de ella. De pronto cada noche que ella llamaba para preguntar si no tenía más planes, Lorenzo no podía evitar que el corazón le palpitara deprisa. Y si tenía planes los cancelaba, no había compañía que disfrutara más. 

Aquellas frecuentes visitas, habían apaciguado completamente el hecho de escuchar hablar a su gato. No importaba si estaba enloqueciendo, cada día evaluaba su conducta y llegaba a la conclusión de que lo único anormal era el tonto felino que no paraba de hablar. Quería decírselo, confesar que probablemente ella estaría visitando a un loco pero le daba miedo, qué podría pensar ella de un hombre soltero que cotorrea con su mascota. 

Kamus mordió el pie derecho de Lorenzo y este pudo volver a la realidad. Verónica lo miraba con el ceño fruncido y un tanto preocupada, parecía que se había ensimismado tanto que había llamado la atención. 

"Lo siento" se disculpó. "Verte me descontrola un poco" admitió al mismo tiempo que clavaba su vista en los ojos miel de la joven. "Y quiero que te quedes está noche aquí conmigo" dijo de sopetón. 

Verónica que se había vuelto a llevar el café a la boca no pudo evitar espurrear. "¡Perdón!" dijo entre divertida y abochornada mientras Lorenzo limpiaba su cara de los residuos de café que se habían escapado de la boca de su ex novia. "De verdad, lo siento" dijo ella. 

Lorenzo sonrió, se levantó, y la besó en los labios. No encontró resistencia en ella. Ambos alejaron sus labios, se contemplaron en silencio hasta que Verónica hablo de repente:

"Y sí me quedó, ¿tú dónde dormirás?" preguntó. 

El Gato de Mi ExDonde viven las historias. Descúbrelo ahora