5. Vete a la Deblyn

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CHARLIE

Uno, dos, tres, ¡un segundo! ¿¡Qué diablos estoy haciendo!?

Respondiendo el jodido beso, linda. Dijo la vocecilla de mi cabeza.

¡Cállate y reacciona, se supone que es tu responsabilidad actuar en estas situaciones!

Cuando mi cerebro reaccionó bajo mis gritos internos, tuve un cruce de ideas sumamente extraordinarias. La verdad era que por un momento sentí que esto estaba bien, pero rápidamente hice algo que pensé en ese instante. Liam se separó de mí con rapidez y llevó su dedo índice a la comisura baja de sus labios.

—¿Me has mordido? —fue mirándome acusadoramente.

Cierro la puerta de golpe para que de un brinco por la sorpresa y me muevo a la sala.

—¿Me lo estás preguntando o afirmando? —entrecierro los ojos—. Eres lento con respecto a eso y que creí que podías haber aprendido por lo menos algo sobre mí.

—Nunca te ha gustado explicarme las cosas.

—Quizá. —era cierto, pero me gustaba que él pudiera descifrarlo por su cuenta.

—¿Por qué me has hecho eso? —quiso acercarse, pero de una di un paso hacia atrás—. Te has apartado.

—Analízalo. —mi tono era frío y me guardaba las ganas de estropear su dentadura con un golpe. Cualquier cosa que él me dijera estaría por bajo de mis expectativas, estaba deseosa de poder gritarle, pero debía mantener el control.

—¿Es que acaso ya no sientes algo por mí?

—Ya no más.

Sus ojos parecieron quedar sin luz por un segundo, pero eso no fue todo. Su semblante se puso tenso al escucharme decir eso, pensé que se rompería en un momento, pero debía de tener mucha fuerza de voluntad para seguir mirándome. Cosa que no le servía de mucho. Era como si lo que le había dicho pudo haberle dolido más de lo que parecía exteriormente, esperaba eso. Un poco de sufrimiento no le haría nada mal.

—No te creo.

—No necesito que me creas, es suficiente con que yo sepa que es verdad.

—Charlie, mira. Te conozco bien.

—No, conocías a mi antigua yo. Recuerda que las personas cambian.

—Como sea. —hace una demás con sus manos en signo de frustración—. Hay tres cosas que sé que en ti nunca cambiarán. Uno: siempre eres una persona alegre y ves lo mejor en todo. Dos: tu terquedad y orgullo podrían devastar ciudades enteras. Y tres: jamás has podido mentir.

Doy un paso hacia tras mientras lo escuchaba.

—Es por eso que sé que estás luchando por hacerte a la idea de que me odias.

Se quiso volver a acercar, pero ese fue el momento donde ya no pude soportar.

—No creas que solo con llegar ahora, que por cierto fueron dos años y un maldito beso arreglarán algo, Henman. —bajo la cabeza y aún sin mirarlo sé que su atención está sobre mí—. A parte de que has estado investigando todo lo que hacía. Comprende, no volveré a tropezar con la misma piedra. ¡Oyes! ¡Vete al demonio, maldito! —exploté, Liam me miraba con los ojos sumamente abiertos—. Por la Deblyn.

—¿¡Qué diablos es Deblyn!? —para ser sincera, él era experto en llevar la conversación a otro tema. Pero eso no hizo nada más que enfurecerme.

—Voy a patear tu trasero.

—Inténtalo, si no recuerdo mal... siempre he sido más fuerte que tú.

I am not a Lady [MAMP#2]Where stories live. Discover now