La sultana Mahidevran

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Narra Mahidevran

Hace pocos días llegue a Estambul, al convertirse mí señor en sultán, vine a la capital lo más pronto posible, junto con mí adorado príncipe Mustafa.

-Mama podemos ir a ver a papá?- pregunto mí adorado hijo.

-Aun no, pero podemos ir a ver a la sultana madre- dije con una sonrisa y a el de inmediato le gustó la idea.

Nos dirigíamos a los aposentos de la madre sultana.

-Disculpe sultana, pero no puede entrar, la sultana madre está hablando con alguien y pidió no ser molestada- dijo una de las esclavas que custodiaban la puerta.

-Y se puede saber con quién está hablando?- pregunté -les pregunte algo- dije un poco más sería.

-Creo que está hablando con una mujer del Harem- al escuchar esas palabras me puse en alerta, eso solo podía significar una cosa.

Pero cuando se abrió la puerta pude ver a Daye y a otra mujer.

-Sultana Mahidevran- dijo Daye al verme e hizo una reverencia, la mujer que estaba a su lado imito su acción.

Yo solo entre a los aposentos de la madre sultana, talvez mis pensamientos eran erróneos, pero mí señor tenía un Harem, así que no debía bajar la guardia.

-Buenos días sultanas- dije al ver a la madre sultána y a la sultana Hatice e hice una reverencia.

-Buenos días querida- dijo la sultana madre con una sonrisa.

-Me alegra mucho verte Mahidevran- dijo la sultana Hatice.

-Tia Hatice- dijo mí pequeño al ver a la sultana y corrió hacia ella abrazándola.

-Mustafa querido, que alto estás, me alegra mucho verte- la sultana Hatice y el tenían una hermosa relación, sobretodo porque era el único sobrino de la sultana.

Pasamos la mañana en los aposentos de la sultana y aunque el ambiente era muy agradable no pude dejar de pensar en lo que había visto hoy.

-Sultana podría preguntar quién era la mujer que estába en sus aposentos hoy?- dije intentando no parecer entrometida.

-Solo era una mujer del Harem que cometió un error y le estaba advirtiendo lo que podría pasar si volvía a cometer una falta-

-Ya veo- dije un poco aliviada.

Pero la sultana madre me conoce desde hace ya un tiempo y no pude esconder mí alivio.

-Acaso algo te preocupa Mahidevran?- pregunto.

Quería contarle mis preocupaciones y mís miedos, pero no quería decirlo enfrente de Mustafa.

-Hatice por qué no vas al jardín con Mustafa? Nosotras las alcanzaremos en un rato-

-Esta bien madre, ven Mustafa vamos a jugar al jardin- dijo la sultana Hatice tomando la mano de Mustafa saliendo de los aposentos.

-Ahora dime qué te preocupa querida?-

Permaneci en silencio un momento, quería buscar las palabras adecuadas ya que no quería que la madre sultana pensará que era una entrometida en la vida del sultán.

-Es solo que me preocupe, pensar que el sultán ve a otras mujeres, de solo pensarlo me provoca un vacío en mí pecho-

La madre sultana tomo mí mano y la sujeto con firmeza.

-Es cierto que ninguna concubina del Harem puede considerarse ni la única dueña, ni la única mujer en el corazón del sultán, pero tu eres su esposa, y te aseguro que tu siempre serás su favorita- dijo dulcemente.

Las palabras de la sultana madre disiparon la tormenta interna que se había empezado a formar en mí corazón, dejándome más tranquila.

La Sultana Olvidada Where stories live. Discover now