La buena noticia trae consecuencias

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Narra Aysel

Entre a los aposentos de Hurrem, ya que me había llamado para decirme algo importante.

Cuando entre, mientras Hurrem tenía en brazos a Mehmet, hablaba con Nurhan susurrando, como si no quisiera que nadie las escuchará.

-Por qué siempre que me quieres decir algo lo primero que haces es agregar intriga y misterio a la situación hasta que llegue?-

-Porque sino no sería divertido- dijo Hurrem.

Me acerque para saludar al pequeño príncipe, era increíble que ya tuviera un año.

-Nurhan llevate a Mehmet- dijo Hurrem mientras se lo daba en brazos a Nurhan.

Espero a que estuvieramos solas para voltear a verme.

-Y bien? Que debe decirme está vez sultana?- dije de forma divertida.

Ella me invitó a sentarme y lo hice.

-Recuerdas que te había dicho, que quería buscar alguna forma para protegerme a mí y a Mehmet-

Yo asentí ante su comentario.

-Pues la sultana Hatice me dio la idea de conseguir talismanes, le pedí a una mujer que los hiciera, vino hoy a darmelos-

-Y que paso? Crees que funcionaron?- pregunté intrigada.

-Esta es la cuestión, no puedo usarlos- dijo ella agregando más misterio a la situación.

-Y por qué no?-

-Tambien reaccione como tu, la mujer dijo que no puedo usar esos talismanes, porque estoy embarazada- dijo ella sonriendo con las últimas tres palabras -Hace unos minutos lo confirme con la doctora y es verdad, estoy embarazada otra vez-

A los segundos Hurrem me estaba abrazando y yo a ella, era una gran noticia.

-Quiero que me acompañes a decirle a su magestad de inmediato-

Y ahí fue cuando intente que se tranquilizara un poco.

-Hurrem no deberías decirle al sultán ahora, puedes decirle en la noche, cuando vallas a sus aposentos-

-No puedo esperar tanto, debo decirle a su magestad lo antes posible- dijo ella y cuando me quise dar cuenta ya había salido de la habitación, rumbo a los aposentos del sultán.

Al llegar, Hurrem les dijo a los guardias que la dejaran entrar ya que tenía una noticia muy importante.

Ambas entramos, yo entre con la cabeza baja, en cambio ella entro con la cabeza en alto.

-Hurrem querida- dijo el sultán mientras besaba su frente -Que te trae por aquí tan temprano y con compañía además?- pregunto el sultán.

En los aposentos del sultán, también se encontraba el señor Ibrahim, que además de Mahidevran, era otra persona del palacio que Hurrem no soportaba.

Y antes de darle la noticia al sultán, lo miro de reojo, con una mirada de triunfo. 

-Vine a darle buenas noticias mí señor, ya que pronto daré a luz a otro de sus hijos- dijo Hurrem con una gran sonrisa.

Su magestad se quedó en silencio, sin embargo luego sonrió.

-Te deseo un parto seguro- dijo el sultán.

Fue una respuesta que me sorprendió, y al parecer decepcionó un poco a Hurrem.

-Acaso no está feliz?- pregunto ella.

-Por supuesto que si, pero ahora debo trabajar, mejor ve a decírselo a la sultana madre, estoy seguro que también le encantará la noticia- el sultán le dijo estás palabras sonriendo.

Seguramente su magestad no quiso que sus palabras sonarán frías, después de todo era la persona que gobernaba el gran imperio, pero Hurrem no lo entendió de esa manera.

Haciendo una reverencia ambas salimos de la habitación.

Caminamos un poco por el pasillo, hasta que ella se detuvo abruptamente, esa sonrisa que la caracterizaba ya no estaba.

-No te angusties Hurrem, debes recordar que su magestad tiene mucho trabajo- dije intentando que no se sintiera triste.

-Admito que sus palabras me sorprendieron pero no es por eso que estoy así- dijo ella -Acaso no lo viste?, ese maldito sonrió ante ver mí rostro lleno de angustia- dijo ella con repudio en sus palabras, ahora entendía, ella no estaba hablando del sultán, estaba hablando de Ibrahim.

-Crees que intente hacer algo contra ti?-

-Ya lo ah intentado y fracaso, no permitiré que me haga sentir vulnerable- dijo ella con seguridad en sus palabras.

Si tan solo yo la hubiera detenido de ir a darle la noticia al sultán de su segundo embarazo, talvez se podrían haber evitado todas las desgracias que pasarían en el palacio después de ese día.

La Sultana Olvidada Where stories live. Discover now